Existen
muchas creencias erróneas o estereotipos acerca de las emociones, un ejemplo: “los hombres no
lloran. Si lloras te considerarán débil y vulnerable”.
Estas
creencias o mitos transmiten mensajes sutiles pero potentes acerca de cómo debemos
expresar nuestras propias emociones y sentimientos. Estos estereotipos pueden
instalarse en el inconsciente y afectar el bienestar emocional de la persona.
Te voy a
dejar con 6 estereotipos o creencias erróneas que pueden afectar tu vida
emocional para que veas que no tienen fundamento y puedas volver a
construir tu paz interior y ser feliz expresando libremente tus sentimientos:
1) Creencia
errónea: “Hay una forma correcta de sentir en cada situación.”
Mal. No hay
una manera correcta o incorrecta de sentir. ¿Tenemos que sentir alegría cuando
vemos a un payaso, asco por una rata, asombro por un espectáculo de magia,…?
Pues no… si no sientes la emoción que “deberías” tener frente a una
circunstancia no te sientas un bicho raro por ello.
Todos
procedemos de diferentes orígenes y tenemos experiencias muy diferentes que nos
llevan a percibir las cosas con una visión única. Dos personas pueden
experimentar el mismo acontecimiento y dar lugar a reacciones muy diferentes.
No te
preocupes si
consideras que tus respuestas emocionales no concuerdan con las que deberías
tener en una determinada situación. Mejor preocúpate si las emociones que
expresas no concuerdan con lo que verdaderamente sientes
2) Creencia errónea: “Dejar que los demás sepan lo que siento es una debilidad.”
2) Creencia errónea: “Dejar que los demás sepan lo que siento es una debilidad.”
Es probable
que algunos de vosotros provenga de un ambiente familiar que no expresa
abiertamente sus emociones. Gritar no era tolerado y el llanto era una
actividad clandestina. Debido a esto puede que hayas aprendido que la
expresión de emociones en público no es apropiada y demuestra debilidad.
Todos
podemos ponernos esta armadura emocional a veces pero es contraproducente
cuando nos relacionamos con personas que nos importan. Si hemos llegado a creer
que la expresión emocional es una debilidad, nuestros amigos o familiares
tendrán problemas para contactar con nuestro verdadero yo.
3) Creencia
errónea: “Los sentimientos negativos son malos.”
Todos,
incluso el Dalai Lama o el Papa, experimentamos gran variedad de emociones
humanas. ¿Te has sentido culpable alguna vez por tus sentimientos? No
seas tan crítico contigo mismo cuando te sientas enojado, triste o celoso.
Emociones
como la
ira y la
tristeza están allí para luchar por nuestra supervivencia. Por ejemplo, la
tristeza nos ayuda a obtener el apoyo social. Sin embargo, el problema
aparece cuando el dolor y la tristeza lleva a la depresión.
Las
emociones están allí para ayudarnos a navegar por la vida, siempre y cuando no
dejes que te incapaciten.
4) Creencia
errónea: “Las personas emocionales suelen perder el control.”
Me imagino
que hay ocasiones en las que has perdido los estribos. A mi me ha sucedido.
Sin embargo,
esto no significa que las personas muy emocionales estén abocadas
necesariamente a perder el control de sus vidas de manera habitual. La razón
puede regular las emociones y las personas emocionales pueden aprender a
ser más racionales en el control de sus emociones.
5) Creencia
errónea: “Las emociones pueden irrumpir en nuestra mente sin ninguna razón.”
Las
emociones siempre tienen un desencadenante. Cuando no prestamos atención a
nuestras emociones no nos damos cuenta de dichos desencadenantes.
Sin embargo,
cuando aprendemos a ser conscientes de cada emoción podemos ver sus
desencadenantes, los cambios corporales que producen y lo que estamos pensando
en esos momentos. Así es como desarrollamos la
inteligencia emocional y empezamos a dominar nuestros sentimientos en vez de que ellos nos
dominen a nosotros.
6) Creencia
errónea: “Las emociones dolorosas deben ser ignoradas y reprimidas.”
Si
reprimimos o ignoramos nuestras emociones, especialmente las dolorosas, podemos
llegar a al punto de ebullición máximo y explotar. Lo adecuado es
aceptarlas y buscar una solución o un aprendizaje.