La
falta de confianza en una empresa limita su potencial de crecimiento
Según, un reciente estudio realizado por Edelman, 1 de
cada 3 empleados no confían en su jefe. Otro estudio realizado por EY sitúa
esta estadística en niveles aún más inferiores. Sólo el 46% tiene confianza en
su empresa y el 49% en su jefe o equipo.
La confianza es una de las cosas más importantes a la
hora de trabajar, ya que, sin ella, el ambiente laboral generado en el
entorno impedirá el crecimiento empresarial. Pero ¿cómo se puede ayudar a
cerrar la brecha de confianza entre empleados y directivos? Eremedia ha publicado en un artículo las
7 técnicas que refuerzan las relaciones interprofesionales.
1. La
honestidad, la mejor política. Ser honesto, incluso durante tiempos difíciles, es
algo que los líderes más confiables deben aprender a desarrollar. Los empleados
respetan a los jefes que son capaces de explicar abiertamente una situación
compleja, que saben responder a sus preguntas y ofrecerles los hechos que las
justifican.
2. Admitir
los errores. Admitir los errores acerca las figuras de poder a
los empleados. Los humaniza y genera un ambiente cercano que facilita las
comunicaciones laborales. Ser capaz de admitir y asumir la responsabilidad de
los propios errores es una parte importante para ser un gran líder.
3. Tratar
a los empleados como personas y no como números.
Cuando se trabaja bajo criterios de cumplimiento de ciertos parámetros de
rendimiento, los gerentes suelen adquirir el hábito de ver a sus empleados en
términos de producción. Los directivos que fomentan la competencia extrema
entre compañeros terminan creando una cultura de trabajo tóxica en el que los
empleados desconfían entre sí.
4. Reconocer
los méritos de los empleados. Los líderes de equipo deben apreciar y reconocer los
logros del grupo en su conjunto para reforzar el sentimiento de pertenencia. De
hecho, un estudio realizado por Globoforce mostró que los empleados que
recibieron un reconocimiento por parte de sus líderes fueron significativamente
más propensos a confiar en ellos.
5. Ser
uno más del equipo. Tener tareas de dirección no implica estar por encima
de los empleados. Los líderes son guías y defienden el trabajo de sus
seguidores que, en este caso, es el grupo de trabajo. Asumir los errores
colectivamente, de la misma forma que celebrar los éxitos alcanzados, debe
hacerse de una forma integrada para fortalecer las relaciones personales.
6. Superar
los prejuicios. Los sesgos son algo común para las personas, pero
deben ser bloqueados en el ámbito laboral puesto que pueden derivar a conductas
de aislamiento, ambientes de trabajo nocivos y malestar general.
7. Pedir
la opinión. Los problemas siempre surgirán en el trabajo, pero el
cierre de la brecha de la confianza significa que los empleados sean más
propensos a opinar y reflexionar sobre los comentarios de sus jefes, generando
un proceso de retroalimentación de abajo hacia arriba
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