martes, 29 de enero de 2013

Cómo vivir mejor: llega una 'nueva felicidad' más realista

Cambios de tiempo, ¿cambios de valores?
 
En un contexto como el actual, en el que las depresiones y los cuadros de ansiedad se disparan, la búsqueda de la felicidad parece una quimera, a la par que una necesidad de primer orden para volver a disfrutar de la vida. No es casualidad que los libros de autoayuda proliferen en las estanterías de las librerías. Sin embargo, en 2000 años de filosofía sobre la felicidad todavía no se ha encontrado la receta definitiva. Vivimos tiempos de cambios, y los esquemas sobre los que se construían los proyectos vitales ya no nos sirven. La nueva máxima es “vivir mejor con menos”, tal y como el economista Robert Skidelsky sintetizaba a El Confidencial, a propósito de su último ensayo ¿Cuánto es suficiente? Qué se necesita para una ‘buena vida’ (Crítica).
El filósofo galo Vincent Cespedes, autor de Estudio mágico de la felicidad, explica en este ensayo que el bienestar personal tiene muchas caras, casi tantas como individuos, por lo que “no existen estrategias únicas, como nos quieren hacer creer desde la ‘industria de la felicidad’”. Eso sí, apunta a la bondad, el respeto al otro y el reconocimiento social como los indicadores compartidos por las personas felices. En definitiva, ser feliz “no es solo una cuestión de voluntad y de capacidad para aplicar una serie de estrategias”, sino que tiene que ver con la adaptación al convulso mundo que nos ha tocado vivir, y con la aceptación de nosotros mismos y de nuestro papel en la sociedad, para así poder disfrutar del día a día.
Saber conformarse
Como expresó recientemente el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, debemos redefinir los criterios del desarrollo económico, pero también los del crecimiento personal (para tener salud emocional). Los principios individualistas del Homo Economicus, que Daniel Cohen ha revisado desde una perspectiva crítica, deberían ser desplazados por los del ‘bien común’, según la propuesta de este economista. Ser feliz tiene que ver con la adaptación a los cambios socioeconómicos que nos están tocando vivir
La mayoría de los filósofos contemporáneos que han tratado este asunto reconocen que es necesario incluir nuevas acepciones en la definición de la felicidad para reajustarla a la posmodernidad. Ganar más dinero, encontrar el amor ideal o tener el trabajo perfecto son máximas cada vez más inalcanzables para el grueso de la sociedad que nos impiden conquistar el bienestar. Unos objetivos que “provocan un perjudicial combate con nosotros mismos y nos hacen vivir temerosos del futuro”, según suele apuntar el suizo Alexandre Jollien en sus multitudinarias conferencias.
Aprender a renunciar
Las expectativas vitales deben estar a nuestro alcance, según concluyen los teóricos de la ‘nueva felicidad’, y por ello animan a no intentar alcanzar la “utópica” felicidad plena, sino a “vivir sin ser infelices”. Una vuelta de tuerca, dicen, “más realista”. En este sentido, aprender a renunciar y a reajustar las expectativas, atendiendo tanto a nuestras limitaciones personales como a las impuestas por el entorno socioeconómico, son dos principios fundamentales a tener en cuenta para comenzar a ser menos infelices. Tenemos que ser capaces de reajustar nuestras expectativas
Las nuevas teorías de la ‘felicidad contemporánea’ sientan sus bases en la filosofía oriental, aunque mezclando mística y ciencia. Lo más esencial, dicen, reside en ser abiertos de espíritu. De hecho, la meditación y todas aquellas actividades dirigidas a la concentración y a la búsqueda de la conciencia plena (mindfulness según el concepto original en inglés), como puede ser el yoga, son muy recurrentes en el discurso de todos estos intelectuales.
Disfrutar el momento
Si en las últimas décadas los ejercicios de meditación han experimentado un fuerte impulso en Occidente, también lo han hecho confundiendo algunos de sus principios. En muchas ocasiones estas técnicas se utilizan para alimentar el ego más que para hacerlo desaparecer o simplemente para relajarse en lugar de para alcanzar un estado ascético que nos permita estar por encima de los problemas del día a día. “El arte de disfrutar el momento” se basa en la capacidad para sortear los golpes de la vida aceptándolos como una consecuencia inevitable de nuestra existencia.
Buscar la felicidad en los demás
Diversos estudios han coincidido en señalar que el dinero no da la felicidad. La acumulación de la riqueza experimentada en Occidente en las últimas décadas ha ido paralela a un descenso del grado de felicidad de las personas. El consumismo parece estar sumiendo a la civilización en un círculo vicioso en lo que a bienestar se refiere. Los bienes materiales ofrecen una satisfacción vana y efímera que nos aleja de la felicidad plena porque siempre se querrá más y más.
Para el economista Daniel Cohen, la búsqueda de la riqueza colectiva y no de la individual es la que realmente nos reporta una satisfacción plena. Cohen valora más el trabajo en equipo que la competitividad entre los individuos, así como el sentido de pertenencia a una comunidad. Una red social asentada más allá de la familia y los amigos.

 
el confidencial. com

viernes, 18 de enero de 2013

¿Está la verdad escrita en nuestras caras?

Como avance de la impartición que realizaré en el mes de marzo del PRIMER SEMINARIO DE COMUNICACIÓN NO VERBAL os adelanto un artículo sobre el tema que resulta absolutamente interesante.


¿Está la verdad escrita en nuestras caras?

David Cru, del Instituto Europeo de Coaching, analiza el poder de las microexpresiones en los negocios

David Cru, socio director del Instituto Europeo de Coaching y trainer en Microexpresiones Faciales por el Center for Body Language de Bélgica, asegura que nos pasamos el día leyendo caras, desde que nos levantamos hasta que nos vamos a la cama, intentando interpretar las reacciones de los demás a lo que les decimos y proponemos, buscamos chequear si nuestro mensaje ha llegado, si se ha entendido, si están de acuerdo, intentamos adivinar en las caras de las personas con las que interactuamos sus reacciones ante nuestros mensajes.

Cuando nos cuentan algo, ya sea en nuestro ámbito profesional o personal, nos asomamos a los ojos de la otra persona para valorar si su mensaje es sincero, como si las palabras por si solas no tuvieran la credibilidad suficiente. ¿Cuántas veces hemos juzgado a alguien por decirnos algo sin mirarnos a la cara? ¡Qué diferente suena un “cuenta conmigo para lo que necesites” cuando te miran a los ojos al decírtelo de cuando apartan la mirada! Lo queramos o no, seguimos buscando y necesitando la confirmación de los mensajes a través de los gestos del lenguaje no verbal, si hasta hemos inventado los emoticones, esos sustitutos pobres de nuestras caras, para humanizar nuestros mensajes de texto.

Nuestras caras son un instrumento tan extraordinario de comunicación que no podemos permitirnos no dedicar el tiempo necesario a aprender a entender y a interpretar lo que dicen.

Existen más de 10.000 expresiones faciales diferentes según los datos obtenidos a partir del trabajo de Paul Ekman, uno de los mayores expertos a nivel mundial en microexpresiones. La mayoría de estas expresiones no significan nada, pero parece que existen al menos 26 variantes de siete emociones que son universales en cualquier rincón del planeta, y me atrevería a afirmar que con sólo saber identificar estas siete emociones tu vida puede dar un cambio radical.

Nuestra cara es la pantalla en la que se proyectan nuestras emociones. Nuestro cerebro límbico o emocional, el proyector, está directamente conectado con nuestros músculos faciales, de modo que cada una de las emociones que sentimos se refleja de forma automática e inconsciente en nuestra cara.

Paremos un momento antes de seguir adelante porque, como los movimientos de la cara, estamos yendo demasiado rápido. ¿De qué hablamos cuando hablamos de microexpresiones faciales? Si no quieres perderte lo que pasa en la cara de la persona con la que hablas no parpadees, ya que se trata de movimientos muy rápidos y sutiles de los músculos faciales, tan rápidos que duran menos de medio segundo y se producen de forma inconsciente cuando sentimos determinadas emociones.

Felicidad, asco, ira, tristeza, sorpresa, miedo y desprecio. Siete emociones que asoman a nuestras caras con
códigos propios que pueden aprenderse e identificarse en menos de dos horas.

¿Te imaginas poder detectar de un solo vistazo en una conversación si la persona con la que hablas siente felicidad al escuchar tus palabras o desprecio enmascarándolo con una falsa sonrisa? La diferencia a nivel visual es muy sutil pero el significado entre un gesto y otro podría marcar la diferencia entre un matrimonio feliz o acabar con un divorcio. Según Gottman, psicólogo especializado en predecir el futuro en las relaciones de pareja, le bastan 15 minutos de una conversación grabada para descubrir en los gestos si la relación tiene futuro o va a acabar en los juzgados. Si queremos mantener a nuestra pareja, o incluso a nuestros empleados y clientes, nos conviene saber detectar a tiempo microexpresiones de asco y de desprecio, mucho más peligrosas que las de ira.

Cuando experimentamos una emoción básica el mensaje correspondiente es enviado automáticamente a los músculos de la cara. Puede que no te de tiempo a verlo o que veas algo pero no sepas identificarlo, pero el mensaje siempre estará allí, a veces sólo una fracción de segundo.Para bien o para mal, es la manera en la que hemos sido equipados por la evolución para mostrar nuestros sentimientos auténticos.

Ekman afirma que no hay ningún don mágico que le permita a él o a cualquier otro detectar estas microexpresiones, se trata, como tantas otras veces, sólo de un problema de práctica, y esta es la buena noticia, no estamos ante una habilidad difícil de adquirir. Y si esto es así, ¿por qué no hay más gente aprendiendo a detectar microexpresiones? ¿Por qué algo tan sencillo de aprender y a la vez tan práctico no nos lo enseñan desde pequeños en los colegios?

¿Hasta qué punto mejoraría nuestra empatía y nuestra inteligencia emocional? ¿Cómo mejorarían nuestros equipos comerciales si aprendieran a leer lo que está detrás de las caras de sus clientes cuando les presentan sus propuestas? ¿Cuánto aportaría en las selecciones de personal saber detectar e identificar las emociones inconscientes de los candidatos y las incongruencias entre lo que nos dicen y lo que sus caras muestran?

Todos absolutamente tenemos el potencial para aprender esta clase de percepción. Esta clase de intuición es sólo producto del deseo de aprender y del esfuerzo.
Por otra parte, está demostrado a pesar de lo que cada uno de nosotros creemos, que la mayoría de nosotros no somos buenos leyendo caras, creemos que no necesitamos un esfuerzo extra para aprender esta habilidad. Cuando estamos con alguien creemos lo que queremos creer y no lo que las caras nos muestran porque nadie nos ha enseñado todavía a interpretar estos movimientos y sus significados.
Entre otras cosas porque hasta hace muy pocos meses no existía en España ninguna formación dirigida específicamente a formar en microexpresiones.

¿Cuánto estarías dispuesto a invertir por desarrollar esta habilidad? ¿Dedicarías una jornada para aprender un lenguaje universal tan antiguo como el ser humano y compartido en cualquier cultura y lugar de nuestro planeta?

El Instituto Europeo de Coaching es el único Licensed Center en España del Center for Body Language y pone a tu disposición diferentes formaciones desde cursos de media jornada hasta cursos de Practitioner o Trainer en microexpresiones, disponiendo del programa de entrenamiento en microexpresiones con vídeos más avanzado del mundo.

 

miércoles, 16 de enero de 2013

5 razones no económicas que te harán perder tu trabajo


 
Jubilarse en la empresa donde iniciamos la carrera profesional, contar con la posibilidad de ascender laboralmente o disfrutar de cierta seguridad en el trabajo, eran algunas de las características tradicionales del mercado laboral que se están convirtiendo en residuos del pasado. Esta transformación no es fruto de la situación económica actual, ni siquiera de la reconversión industrial, sino de la acelerada innovación tecnológica que está alterando los viejos esquemas laborales e imponiendo unas nuevas reglas de juego, donde la máxima imperante es renovarse o morir. Reciclarnos a nivel formativo y a cambiar radicalmente nuestra concepción sobre las estructuras en las que ya se asienta el mercado laboral, emprender y centrarnos en la búsqueda del “buen vivir” son fundamentales para sobrevivir en la realidad que moverá el mundo.
El empresario norteamericano y experto en fondos de inversión, James Altucher, ha sintetizado en su último e imprescindible ensayo, titulado I Was Blind But Now I See, algunas de las razones más importantes que reflejan el advenimiento de esta “Nueva Era”.
La clase media está muerta
A nivel laboral se ha impuesto la temporalidad, tanto por las nuevas necesidades del mercado, como por la realidad cambiante, en la que se ha instaurado definitivamente la ‘sociedad de la incertidumbre’ teorizada por el sociólogo alemán Ulrich Beck. Esta sociedad postindustrial está caracterizada por el riesgo, donde hay que lidiar con muchas más amenazas laborales. En este contexto, la fragmentación social se refleja en una paulatina desaparición de la clase media como continente mayoritario de los individuos, y la movilidad social se reduce.
Altucher toma como ejemplo la generalización de la subcontratación y el relevo laboral protagonizado de los robots, que realizarán muchas de las funciones de los actuales trabajadores, para explicar este fenómeno sociológico. Precisamente, hace unos meses se inauguraba en la provincia china de Heilongjiang el primer restaurante atendido íntegramente por 18 tipos diferentes de robots que cocinan, sirven y recogen las mesas, limpian y hasta actúan como vigilantes de seguridad. Este es el nuevo paradigma: la clase media ha muerto y quizá, en no demasiados años, será reemplazada por robots humanoides.
Tus conocimientos y habilidades ya no son útiles
Este reemplazo tecnológico, unido a los principios del copyleft, el outsourcing (terciarización) y la constante búsqueda de la eficiencia productiva está desdibujando la clase obrera dentro del marco de lo que se conoce como capitalismo cognitivo. La mayoría de los puestos de trabajo con más demanda hace tan solo dos décadas han desaparecido y nunca más se volverá a necesitar a estos profesionales.
La crisis económica está generando un duro y constante adelgazamiento de puestos de trabajo, tanto en el sector privado como en el público. El mercado laboral ya “nunca podrá ni querrá absorber los mismos puesto de trabajo que antaño”, dice Altucher, por lo que inevitablemente estaremos abocados a vivir con un paro estructural que afectará a un porcentaje muy alto de la población.
El talento ya no interesa a las empresas
Los profesionales talentosos son caros, y “las empresas prefieren un ejército de trabajadores mediocres y fieles”, por supuesto mal remunerados, que una estrella con un sueldo anual desorbitado. Como comenta el empresario norteamericano, los profesionales de recursos humanos se están especializando en “destruir las aspiraciones profesionales de sus mejores trabajadores”, para así ahorrar costes salariales y no tener que ofrecerles mayores privilegios.
El colapso de las pensiones y planes de jubilación
“La capacidad de ahorro es un mito” y la cobertura social del Estado de bienestar se ha ido para no volver, apunta el empresario norteamericano. En medio de esta coyuntura crecerá el autoempleo, la sociedad será mucho más emprendedora y se implantará la conocida como jubilación activa (asunción de otras labores más acordes a esta etapa vital) porque “la riqueza nunca será alcanzable trabajando como asalariados”.
Nos hemos percatado de que el dinero no da la felicidad
El tiempo libre, las actividades creativas o el reconocimiento social son elementos que vehiculan la felicidad mucho más que el dinero, como demuestran una multitud de estudios psicológicos. Además, el incremento salarial es sinónimo de aumento de responsabilidades y, por tanto, de una reducción del tiempo libre para disfrutar con los amigos y la familia. De hecho, la recuperación de estos últimos valores es uno de los puntos positivos que caracterizarán a la sociedad de la “Nueva Era”, anteponiéndose estas prioridades a las salariales, apunta el experto inversor. Un buen vivir, con austeridad bien entendida, pero con felicidad.
Como apuntaba a El Confidencial Robert Skidelsky, biógrafo de John Keynes y miembro de la Cámara de los Lores británica, con motivo de la publicación de su último libro: “Este estilo de vida no funciona, por lo que tenemos que buscar alternativas hacia el buen vivir”. En palabras de Altucher “debemos tender a controlar nuestro propio destino en lugar de dejarlo en manos de los demás”.

elconfidencial.com

 

jueves, 10 de enero de 2013

COMUNICAR LA CULTURA DE LA EMPRESA A LA HORA DE SELECCIONAR


 
Hablaba el otro día con una persona de RRHH y me comentaba un tanto preocupada que no acertaban mucho con las selecciones y que después descubrían aspectos de sus candidatos/tas que no descubrieron en su momento. Realizar pruebas psicotécnicas, test competenciales comerciales, una entrevista bien pensada y trabajada será vital en el proceso de selección, pero además debemos comunicar la cultura de nuestra empresa; a este respecto os traigo este artículo.
 
Comunicar la Cultura Organizacional a la hora de reclutar
 
 La cultura organizacional contribuye a todos los aspectos de una compañía. Por ejemplo, a los clientes, una cultura e imagen con la que se pueden identificar asegurará su simpatía hacia la compañía frente a la competencia. Además una cultura positiva puede influir de manera beneficiosa y crear un ambiente positivo para los empleados, de manera que puede hacer aumentar su motivación y productividad. Sin embargo, la cultura de una organización también tiene un papel importante a la hora de reclutar y a lo largo de este artículo trataré de desarrollar el asunto y ofrecer algunos trucos y herramientas para comunicar la cultura empresarial a la hora de reclutar.

Es aconsejable comunicar la cultura empresarial a los candidatos que se presentan en un proceso de selección, ya que esto, le ayudara a filtrar solicitudes. Tal vez algunos aspirantes tengan problemas con las expectativas y normas de la compañía o, simplemente, no encajen en la empresa. Además, esto también sirve para informar a los candidatos sobre los beneficios de la cultura organizacional antes de que empiecen, y de este modo, disminuirán las posibilidad de que estén descontentos en la compañía.
La cultura de una compañía se compone de elementos tangibles, como el código de vestimenta y elementos intangibles como los valores compartidos. Estos últimos, los intangibles, son los más difíciles y, a la vez, importantes de transmitir a los candidatos. Los aspectos tangibles, por otro lado, son más fáciles de interpretar y entender, por ejemplo solo con llegar a la entrevista sería posible aprender que los vestidos formales que lucen las mujeres de la oficina forman parte del código de la empresa.
Sin embargo, es fundamental comunicar tanto los elementos tangibles como los intangibles durante todo el proceso de selección y, por eso, a continuación ofrezco algunas claves para conseguirlo.

Comunicación en un anuncio de trabajo

• Trata de incluir alguna reseña con la misión de la compañía. Esto dará una indicación al candidato del tipo de organización en el que está aplicando.
• Describir de modo explícito los aspectos y valores de la cultura más fundamentales como por ejemplo “trabajamos en un ambiente de colaboración ” o “invertimos mucho en el desarrollo de nuestros empleados”
• Cuando indica los requisitos de los candidatos en el anuncio también es una buena oportunidad de comunicar un poco sobre la cultura. Si incluye características como “innovador” o “flexible” la cultura organizacional ha de ser congruente con esto.
• Elija canales adecuados para la publicación del anuncio que estén en sintonía con la cultura que pretendes comunicar


Comunicación durante una entrevista

• Trata de usar gramática que vaya en concordancia con el estilo de la organización, si el estilo es más relajado y abierto es mejor usar lenguaje informal para resaltar este aspecto durante una entrevista
• Es importante hacer la entrevista en el lugar donde el candidato va a trabajar para que tenga experiencia de primera mano de la cultura y los protocolos de la oficina. Por lo tanto, es importante decorar la oficina con fotos, reportajes y otro tipo de material que demuestra la identidad y costumbres de la compañía.
• No hay que olvidar que la entrevista presenta la oportunidad de probar a los candidatos para verificar si encajarían dentro de la oficina. Por ejemplo, si para la empresa es importante el trabajo en equipo, una buena idea es preguntar a los candidatos sobre su experiencia en cuanto a colaboraciones con compañeros y sobre las dificultades a las que se han enfrentado.
• Si es necesario, llame a los mejores candidatos para una segunda entrevista, si es posible invítelos a conocer a otros miembros de la oficina y sobre todo a los que estarían en contacto directo con el nuevo miembro.

En resumen, comunicar la cultura organizacional es beneficioso para la compañía y al candidato le facilita la adaptación a la empresa. Además, comunicar la cultura empresarial durante el proceso de selección hace que se reduzca el periodo de adaptación del nuevo empleado ya que estaría más acostumbrado a algunos de los protocolos y tendencias dentro de la oficina. Siguiendo los pasos arriba indicados, será posible mantener la identidad de la empresa y, a la vez, asegurarte de que elijes a los candidatos que mejor encajan en la empresa.
Patrick Vazquez

martes, 8 de enero de 2013

LEER PARA CURARSE

Hola a todos/das, espero que después de estas vacaciones navideñas tengáis mayores fuerzas para afrontar los retos que nos plantea este nuevo año 2013 para el que os mando mis mejores deseos. Recuerdo un programa televisivo sobre libros que comandaba Fernando Sánchez Dragó y que tenía como música y letra de cartelera algo así como " todo está es los libros" de ahí que os ponga este artículo que espero os resulte de interés:


Hoy quizá más que nunca buscamos la salud en los libros y en las revistas: en ellos aprendemos sobre medicina y nos formamos un concepto propio de salud. ¿Cómo no vamos a recomendarlos como terapia, si es probablemente donde más información sobre salud hay?

La lectura puede ser terapéutica: eso depende de lo que yo escriba, de mi intención de escritor, y también de lo que tú, que me estás leyendo, puedas interpretar de mis palabras escritas. Con mis palabras puedo producir placebo o nocebo, ayudarte a resolver un problema de salud o complicarte la vida. Escribír y leer es una forma de comunicarse, de entenderse, de trasmitir conocimiento y ánimos.

A través de la lectura, es el paciente el que afronta la situación y comprende, e interpreta lo que se escribe. De lo que sea capaz de interpretar y de poner en práctica dependerá su curación.

Es bueno que el paciente lea, que aprenda sobre su salud y su enfermedad, cuidados y tratamiento, que lea los consentimientos informados y los prospectos, y luego tome sus decisiones. No es razonable que el terapeuta desaconseje leer los prospectos o la información disponible en las bibliotecas o en internet. La lectura y la reflexión son importantes para la salud.

En los niños la lectura ayuda a construir su confianza y autoestima, a superar depresiones y duelos, y a elegir estilos de vida saludables. Aporta ideas sobre cómo cuidarse y resolver la enfermedad.

CRIBAR LA INFORMACIÓN

Hoy día las posibilidades de tener a mano los libros se han multiplicado enormemente. Se puede tener acceso a las mejores bibliotecas del mundo y consultar miles de revistas y publicaciones médicas, así como una abundante, literatura. Se abre un mundo inmenso para explorar, pero hay que buscar dónde está exactamente lo que uno necesita para su salud.

La respuesta está en los libros, pero en algunos casos eso es como decir que está en la selva o en la montaña cuando uno nunca ha estado ahí y lo que necesitaría, probablemente, es un guía. Ahora bien, conforme uno va explorando selvas, montañas y bibliotecas, se va convirtiendo en su propio guía, con capacidad de ayudar a los demás.

RECOMENDACIONES

• A través de los libros se puede adquirir salud, autoestima, habilidades sociales, técnicas de terapia, salud mental… Pero las posibilidades de comunicación y aprendizaje que hoy brinda la lectura están aún por explorar. Estamos ante nuevos retos de conocimiento y no hay que dejar nunca de buscar nuevos caminos.

• Para que un médico pueda tratar o emplear los libros como terapia, el paciente debe poder implicarse a nivel personal con lo que explican.

Pablo Saz para Cuerpo Mente y recursos de autoayuda.com

10 cosas que deberíamos hacer a diario para sentirnos bien


10 cosas que deberíamos hacer a diario para sentirnos bien (y que no solemos hacer)
Con el Año Nuevo llegan los grandes propósitos y las empresas descabelladas que buscan cambiar nuestra vida de cabo a rabo y, de una vez por todas, ser felices. Tan elevados son estos propósitos que, como sospechábamos antes de emprenderlos, tarde o temprano terminan siendo olvidados, en parte por desidia, pero también por la propia dificultad inherente a estas metas. En realidad, nuestra vida puede mejorar en un grado mucho mayor a través de las acciones más pequeñas de nuestra cotidianidad, que al mismo tiempo son las que menos esfuerzo requieren, aunque sí necesitan constancia y tenerlas presentes día tras día.
Infinidad de los libros de autoayuda han repetido hasta la saciedad los siguientes consejos, seguramente porque no haga falta una especial lucidez para alumbrarlos. Como las recetas de la abuela, forman parte del acervo cultural. Muchos de ellos, reformulados, se han recogido en obras como The Power of Habit: Why We Do What We Do, and How to Change (William Heinemann) de Charles Duhigg, que analiza las grandes compañías estadounidenses para analizar cómo un cambio de costumbres puede repercutir en el mundo de los negocios, o Willpower. Why Self-Control Is the Secret of Success (Penguin) de Roy F. Baumeister, que apuesta por el autocontrol como herramienta para la mejora personal. La dificultad, en todo caso, es tenerlos presentes y cumplirlos en nuestro día a día, cuando consumidos por el trabajo, las obligaciones y el estrés familiar ponemos el piloto automático y no nos paramos a reflexionar en lo que estamos haciendo. Así pues, ¿qué podemos hacer para vivir un poco mejor en 2013?
Debemos dedicar un rato al día a pensar qué podemos mejorar–Recuerda a tu familia que la quieres. En una situación que se repite de manera recurrente en muchas películas: un personaje, a punto de morir, se pregunta por qué no ha manifestado un mayor cariño hacia su familia, antes de que fuese demasiado tarde y ya no hay forma de remediarlo. Pero no es esa la única razón para expresar nuestro cariño, sino que, como señalan los psicólogos, la felicidad no es una respuesta automática ante las acciones de los demás, sino un estado mental que parte de nosotros mismos. Además, manifestar cariño es el camino más corto para recibirlo.
Pasa tiempo solo. Reflexionar sobre lo que hemos hecho a lo largo del día con el objetivo de analizar nuestros fallos y aciertos, y realizar un listado mental de lo que tenemos que hacer al día siguiente, sin grandes agobios, es preferible a ir a la cama en un estado de inconsciencia absoluto y levantarnos agobiados porque acabamos de recordar algo que deberíamos haber hecho (y no hemos hecho). Hay quien recomienda la meditación, pero no hace falta irse tan lejos, sino simplemente relajarse por los propios métodos que cada cual posee para ser un poco más feliz.
Ríete. Que seamos personas serias no quiere decir que no debamos sonreír o permitirnos soltar una carcajada de tanto en tanto, por mucho que algunas personas piensen que así es. Al reírnos, nuestro cerebro libera adrenalina y endorfinas que estimulan el bienestar, el placer y la felicidad, hacemos un gran ejercicio facial en el que movemos más de 400 músculos, conseguimos relajar nuestro cuello y espalda y, finalmente, mejora la oxigenación de nuestros pulmones. Además, resulta muy divertido.
Descansa. Acostarse a una hora prudencial, con la conciencia tranquila, dormir siete horas seguidas y levantarse temprano pero descansado son factores esenciales en nuestro funcionamiento diario. Mantener unos buenos hábitos de sueño mejora la calidad de nuestra piel, mejora nuestro funcionamiento cardiovascular, ayuda a mejorar nuestra motricidad, permite reparar fuerzas, impide que engordemos y mejora nuestra memoria. Todo son ventajas.
Optimizar el tiempo nos ayuda a relajarnos porque sabemos cuánto podemos dedicarle a cada actividad–Organízate. Mucha gente tiende a identificar el orden y la organización con el aburrimiento y la incapacidad de escapar de los propios esquemas, cuando más bien es al revés. Sólo podremos improvisar y romper el guión cuando sabemos que podemos hacerlo. Optimizar al máximo el tiempo, además, evita estrés innecesario y nos permite disponer del tiempo libre suficiente como para poder dedicarnos a otras actividades de esparcimiento y evitar que nos pille el toro con algún trabajo pendiente. Además, a un nivel más general, saber claramente cuáles son nuestras metas y qué debemos hacer para alcanzarlas debe ser el principio configurador de nuestra agenda diaria. Es uno de los consejos enunciados en The World Book of Happiness (Firefly Books), publicado el pasado 2011 y recopilado por Leo Bormans.
Lee. No sólo por culturizarte y formar parte de ese privilegiado 43% de la población española que afirma leer con frecuencia, sino porque además de evadirnos a otros mundos desde nuestro propio dormitorio y aprender cosas nuevas, también permite descansar, desconectar de nuestras preocupaciones diarias, mantener a punto nuestra mente, y por qué no, prepararnos para conciliar el sueño.
Haz actividad física (aunque no sea ir al gimnasio). No falla. Cada mes de enero, los gimnasios de España se abarrotan gracias a la gente que, espoleados por una pizca de mala conciencia, ha considerado que no puede esperar más y acude a estos centros deportivos con el objetivo de, este año sí, ponerse en forma. Para marzo los gimnasios vuelven a estar vacíos en espera de que la temporada veraniega llegue, y ello nos sugiere que quizá debamos plantearnos metas un poco menos elevadas. Hacer un poco de ejercicio, aunque no nos convierta en atletas, como pasear, subir a pie las escaleras o, ejem, practicar sexo, siempre será mejor que levantar pesas durante dos semanas y dejarlo pasado ese tiempo.
La luz solar es imprescindible para nuestra felicidad–Que te dé un poco el aire. Además de otros beneficios físicos asociados a la actividad de salir a dar una vuelta (hacer ejercicio, desconectar del insistente ordenador, estrechar relaciones con aquellos con los que paseamos), el mero hecho de recibir rayos solares es muy beneficioso para nuestra salud. Con unos 25 minutos al sol en verano (y 45 en invierno) nos bastará para que nuestros niveles de vitamina D aumenten sensiblemente, gracias a la melatonina segregada.
Da las gracias. Lo dice la ciencia: ser agradecidos con los demás favorece el optimismo, la felicidad y evita la depresión. Es lo que concluyó un estudio publicado en el Journal of Happiness Studies y realizado por miembros de la Universidad de Hofstra, que afirmaba que los estudiantes más agradecidos sacaban mejores notas, se integraban socialmente de manera más fácil y sentían menos tristeza y envidia hacia sus compañeros. Además, como ocurría en el caso de la familia, la mejor forma de que nos agradezcan lo que hacemos es haber dado nosotros previamente las gracias.
Mantén algo que te ilusione en perspectiva. Siguiendo lo que apuntamos anteriormente acerca de nuestras metas y objetivos, debemos también tener algún deseo en mente que nos haga felices al final del día, ya que como hemos visto, no todo debe ser trabajo y responsabilidades. No se trata simplemente de ver tu programa preferido al final de la jornada laboral o de cenar con una cita interesante, sino de, por ejemplo, tener un viaje en mente que nos haga felices y de esa manera, afrontar la cotidianidad con más ganas.

El confidencial.