Quiero
compartir con vosotros algunas reflexiones que además, he ido poniendo en
práctica a lo largo de mi vida tanto en el área profesional como
personal. Nos ayudarán a entender, y sobre todo en determinados momentos
de nuestras vidas, la importancia de nuestros pensamientos.
“Tú
pensamiento controla tu conducta, y tu conducta controla el resultado.”
Sé
que en muchísimas ocasiones es muy difícil controlar nuestros
pensamientos, todos somos humanos y en un plano pasamos por situaciones
parecidas. Pero al menos es importante que seamos conscientes, que
nosotros somos dueños de nuestra mente y por tanto de nuestros pensamientos.
Por poner un ejemplo, supongo que a muchas personas nos habrá dejado una pareja
a la cual queríamos mucho, tanto que pensábamos que era imposible continuar sin
esa persona. O al revés quizás, por diferentes motivos nos hemos
visto en la tesitura de tener que romper alguna
relación, en cualquier caso hablamos de relaciones sentimentales.
Admitamos que es una situación y una etapa difícil de superar. ¿Pero cuánto de
difícil? ¿Quién le pone fin a esa situación? Es decir, en mi caso, y lo digo
abiertamente, incluso recuerdo haberme encerrado en la habitación, con una música
y unas canciones no muy motivantes… y cuando me he querido dar cuenta
estaba inmerso en una serie de pensamientos negativos, atrapado en un
episodio del cual en realidad quería salir. Pero ¿quién le da al botón
del ”play” de esa canción? ¿Quién decide esa situación? todo
eso no se ejecuta solo…Lo que quiero decir es que, al final
somos nosotros los que decidimos que hacemos en función de lo que pensamos, y
por tanto es importantísimo tomar el control de nuestros pensamientos.
A lo
largo de nuestras vidas hablamos con muchísimas personas, ¿pero sabes con que
persona hablas más? ¿Lo sabes verdad? Contigo mismo. A eso se le llama diálogo
interno. Y es muy importante que tengamos un diálogo interno positivo
y constructivo. Y ahora pondré un par de ejemplos claros para que entendamos la
importancia de esto. Estoy seguro que cuando llega el mediodía y te entra
hambre no vas a la gasolinera y empiezas a ingerir combustible cual quiera que
sea, gasoil, gasolina, etc… O imagínate que vas por la calle y encuentras una
vara de hierro en el contenedor, y empiezas a golpearte la cabeza con ella… Sí,
que barbaridad ¿verdad? Pues entonces ¿por qué muchas veces nos maltratamos
nuestra mente, nuestros pensamientos? ¿por qué muchas veces nos alimentamos de
pensamientos negativos?, y ¿por qué tenemos un diálogo interno negativo y
destructivo? ¡O mucho peor aún! ¿por qué a veces permitimos que los demás
nos influyan de una manera negativa en nuestros pensamientos?
Un
pequeño truco para controlar nuestros pensamientos, es hacerse las preguntas
correctas y constructivas. Es decir, si yo por ejemplo me pregunto ¿por qué soy
tan terco? o ¿Por qué soy tan burro? Automáticamente las respuestas que me van
a venir a la mente van a ser negativas y destructivas ya que las preguntas ya
de por si son negativas y destructivas. Hay que cambiar ese diálogo por
preguntas positivas y constructivas como, ¿Cómo podría mejorar en este tema?
¿Cómo puedo aprender esto otro, quién me puede enseñar? ¿De quién me puedo
rodear que me ayude a superar esto? Si las preguntas que nos hacemos son
negativas, nuestras respuestas serán negativas y nuestra conducta también, por
el contrario si nos hacemos preguntas positivas y constructivas, nuestras
acciones serán positivas.
Pensamientos
positivos
Si
nos llevamos estas reflexiones al área profesional, veremos que
son exactamente igual de importantes para poder alcanzar nuestros
objetivos.
Pensamientos
pobres = Resultados pobres
Pensamientos
ricos = Resultados ricos
Si
apunto con un dardo a una diana a cierta distancia, yo sé que a donde le
quiero dar es a la diana, pero para darle ahí, es muy probable que mi tiro
tenga que ser un poco más elevado y por tanto contar con esa perspectiva. Es
decir, si nos fijamos un objetivo en ventas que sea superior al que
realmente quiero hacer, es muy probable que finalmente cumpla con mi objetivo,
o incluso lo supere. Mientras que si me enfoco en un objetivo pobre, bajo, o
muy fácil, es poco probable que después, finalmente cumplas con lo que
verdaderamente querías, y menos aún que lo superes.
Lo
mismo pasa con nuestros sueños, con lo que deseamos. Es importante no tener
miedos ni limitaciones a la hora de soñar. ¡¡¡Sueña sin miedos!!! Yo
lo hago cada día.
Por
último, quiero compartir una reflexión que escuche hace ya unos años,
y que me hizo reforzar la importancia de tener un buen pensamiento. Y es la
siguiente:
¿Sabes
por qué tienes lo que tienes? Porque haces lo que haces
¿Sabes
por qué haces lo que haces? Porque piensas como piensas…
Como
siempre es un placer compartir con todos vosotros y sin más, os mando un abrazo
enorme. ¡¡¡Hasta la próxima!!!
“El
único límite para nuestros sueños, es no atrevernos a soñar.”