Quiero proponer como punto de partida una premisa: La
verdadera revolución está en volver a lo clásico.
Me permito ilustrar esta idea con una frase de un
autor muy actual:
Las novedades
intelectuales que no despertarían aprobación en Cicerón, Maquiavelo,
Kierkegaard o Aristóteles resultan sospechosas. Gabriel Ginebra, El japonés que
estrelló el tren para ganar tiempo.
Si indagamos un poco nos damos cuenta de que muchos de
nuestros ideas contemporáneas son versiones tuneadas de los conceptos clásicos
originales. En este caso: El Coaching!
Sí señores creo que Sócrates inventó el coaching! Sólo
que él lo llamaba mayeútica, y esa palabra, hoy en día no vende. El
coaching es un término que proviene del mundo del deporte, mientras la
mayeútica tiene que ver con la obstetricia.
Todo lo que conocemos de este señor llamado Sócrates,
es a través de uno de sus discípulos más famosos, Platón. Sócrates prefería
pasar el tiempo hablando con la gente en las plazas, y calles en lugar de
escribir. Él no impartía doctrinas, quería que cada uno llegara a sus propias
conclusiones. Y cultivara sus propias ideas.
Allá por el siglo V a.C este Sócrates resultaba una
persona un tanto incómoda e impertinente. Se dedicaba a interrogar a la gente
con preguntas en cadena. Quería despertar conciencias dormidas y hacer salir a
los ciudadanos atenienses de su zona de confort. Tan inconfortable
resultó ser este personaje que acabó siendo condenado a muerte. La razón de su
condena fue una reivindicación sobre los términos de la justicia, la virtud y
la verdad como cuestiones que no pueden resolverse según las costumbres, si no
por exigencias de la razón. (Interesante reflexión para nuestros días)
Su máxima (a él atribuida) ”Conócete a ti
mismo”, que coronaba el Templo de Apolo en Delfos, nos habla de la
importancia que otorgaba al conocimiento personal. Las verdades están en
nuestro interior. Presupone la capacidad intrínseca de cada persona para
encontrar los conceptos de cuánto existe. A esto sólo se llega de manera
introspectiva.
A través de un método dialéctico Sócrates entablaba
una discusión con su interlocutor. Este diálogo tenía dos fases la primera,
destructiva, o de la ironía socrática, en la que lograba irritar y desconcertar
a su interlocutor, mostrándole las contradicciones en las que caía con sus
respuestas y dejando en evidencia su ignorancia. Para llegar a la conclusión de
que no sabía lo que creía saber (Sólo sé que no se nada).
La fase constructiva es la de la mayeútica, o el arte
de dar a luz. Sócrates se veía como partero, (su madre era partera y el término
y el trabajo le resultaban familiar). Su misión era ayudar a traer al mundo el
pensamiento nuevo que surgía tras la práctica dialéctica. Los nuevos conceptos
innatos que estaban en el interior.
¿Qué puede guiar a un hombre? Respuesta: una única
cosa, la filosofía.
Marco Aurelio (121–180)
Marco Aurelio (121–180)
Aplicación práctica: Primero cuestionarnos, siempre! , en términos
modernos esto es el análisis. Y segundo, caer en la cuenta de que no sabemos lo
que tal vez creemos saber. Llevando a cabo estos dos pasos avanzaríamos mucho
porque no comenzaríamos la casa por el tejado, antes nos daríamos cuenta de que
no tenemos los cimientos, el conocimiento necesario.
¿Por qué no recuperar la ironía socrática como punto de partida? Para nosotros mismos y todos nuestros compañeros interlocutores. Andamos anclados en prejuicios y en premisas que provienen de un conocimiento aprendido. Eso no vale! Hay que sacar conclusiones propias. Partiendo de que no se nada. Hay que dar a luz nuevas ideas y conceptos que están y llegar al mejor conocimiento de uno mismo para ser lo que realmente queremos ser.
¿Por qué no recuperar la ironía socrática como punto de partida? Para nosotros mismos y todos nuestros compañeros interlocutores. Andamos anclados en prejuicios y en premisas que provienen de un conocimiento aprendido. Eso no vale! Hay que sacar conclusiones propias. Partiendo de que no se nada. Hay que dar a luz nuevas ideas y conceptos que están y llegar al mejor conocimiento de uno mismo para ser lo que realmente queremos ser.
Y qué es el coaching, o que pretende ser? Una práctica
o entrenamiento que normalmente se da entre dos personas a modo de diálogo. El
coach, es una especie de entrenador que intenta sacar lo mejor de ti mismo.
El coach intenta guiar al coachee tras haberlo
analizado concienzudamente para que sea capaz de lograr sus objetivos,
ayudándole a descubrir por sí mismo sus fortalezas y debilidades.
Existen mucho tipos de coaching: personal,
empresarial, ejecutivo, …también el ontológico que se apoya en la filosofía de
M. Heidegger y su dominio del ser.
El método socrático es sin duda una buena práctica de coaching, y aplicable en casi todas sus tipologías. Nuestros entrenadores actuales son los parteros de ideas de la antigua Grecia.
Creo que el Coaching es un paso adelante en la importancia que el conocimiento personal tiene en la vida real y en el mundo empresarial. Es una herramienta imprescindible para ayudar en la búsqueda y gestión del talento y cualidades personales.
El método socrático es sin duda una buena práctica de coaching, y aplicable en casi todas sus tipologías. Nuestros entrenadores actuales son los parteros de ideas de la antigua Grecia.
Creo que el Coaching es un paso adelante en la importancia que el conocimiento personal tiene en la vida real y en el mundo empresarial. Es una herramienta imprescindible para ayudar en la búsqueda y gestión del talento y cualidades personales.
No deberíamos perder nunca el gusto por preguntarnos y
por la reflexión. Es deseable tener una actitud de curiosidad infantil ante la
vida, que nos lleve a cuestionarnos y a interesarnos por todo, desde lo más
insignificante hasta lo más trascendente.
Estas prácticas nada tienen que ver con la autoayuda,
ni con un proceso psicológico malentendido. Su base es la razón y la aplicación
de la filosofía práctica.
No sería mala idea convertirnos es personajes incómodos al modo socrático y ejercer de parteros de nuevas ideas de la gente que nos rodea familia, amigos, compañeros. Es interesante también la aplicación de este método dialéctico con los niños para enseñarles a pensar por sí mismos. A interrogarse y sacar sus propias conclusiones.
No sería mala idea convertirnos es personajes incómodos al modo socrático y ejercer de parteros de nuevas ideas de la gente que nos rodea familia, amigos, compañeros. Es interesante también la aplicación de este método dialéctico con los niños para enseñarles a pensar por sí mismos. A interrogarse y sacar sus propias conclusiones.
La Filosofía a veces nos parece lejana y abstracta.
Pero en realidad es una forma de vivir. Sólo se puede entender de forma
práctica y aplicada a la realidad. De esta manera, puede resultar incluso
terapéutica. La filosofía está viva, se mueve y cambia para adaptarse.
La verdadera innovación pasa por lo clásico!
Deberíamos provocar un nuevo Renacimiento para volver a repensar y a rumiar las
ideas antiguas en cabezas modernas.
Cuidado! Puede tener consecuencias peligrosas : podemos convertir gente apática en gente apasionada!
Cuidado! Puede tener consecuencias peligrosas : podemos convertir gente apática en gente apasionada!
*Si os interesa profundizar en el conocimiento de la
aplicación práctica de la filosofía a la vida es muy recomendable el libro:
Filosofar como Sócrates (Óscar Brenifier).
Ana Maria López de san Román
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