martes, 29 de abril de 2014

EL SENCILLO Y BARATO EJERCICIO QUE PUEDE HACER QUE VIVAS 15 AÑOS MÁS



Numerosos estudios han explorado el papel que el ejercicio físico juega en nuestra salud, pero una nueva investigación elaborada por científicos australianos asegura que su impacto sobre la esperanza de vida podría ser mayor de lo que pensamos.
Sabemos que el colesterol, la hipertensión y el sobrepeso aumentan el riesgo de desarrollar problemas cardiovasculares y que el ejercicio ayuda a mitigar estos problemas, pero lo que no sabíamos es que, incluso teniendo estos problemas, el ejercicio disminuye las posibilidades de tener patologías cardiacas.
Aunque ahora todos sabemos qué factores de riesgo están asociados a los problemas cardiovasculares fue hace sólo unas décadas cuando empezamos a identificarlos. Una de las investigaciones más conocidas, y de mayor alcance, que se hicieron al respecto fue el Framingham Heart Study, que se desarrolló en la pequeña ciudad de Massachuset que le da nombre. Arrancó en 1948 monitorizando a un grupo de 5,209 hombres y mujeres de entre 30 y 62 años.
La gente sedentaria tenía el doble de posibilidades de morir de un problema cardiovascular que aquellos que practican algo de ejercicio. El estudio determinó que la hipertensión, los niveles de colesterol, la obesidad, el tabaco y la edad influían en las posibilidades de padecer problemas cardiovasculares y elaboró una tabla que permitía, conociendo estos datos, averiguar las posibilidades que una persona tenía de sufrir un ataque al corazón. El estudio, sin embargo, no tuvo en cuenta la actividad física. Esta fue añadida como un factor más en oleadas posteriores de la investigación (así como en otros muchos estudios), pero en ningún caso se estudió su efecto por separado.
Los científicos descubrieron que las personas que hacían ejercicio tenían menos posibilidades de tener problemas cardiovasculares, pero no sabían si este beneficio se debía al ejercicio en sí o a que las personas menos sedentarias son también las que mejor comen, menos fuman y llevan una vida, en general, más saludable.
Calculando los beneficios reales del ejercicio
Los investigadores de la Curtin University, en Perth (Australia), querían cuantificar cuáles son los beneficios que el ejercicio físico tiene sobre la salud cardiovascular con independencia de otro tipo de variables. Para ello han analizado el colesterol, la presión arterial y la envergadura abdominal de 8.662 mujeres y hombres australianos durante 50 años. Con estos datos los investigadores determinaron cuál era el riesgo que tenían de sufrir un infarto, usando la escala de riesgo de Framinghan y comparando los resultados con las rutinas de ejercicio que seguía cada persona.
Practicar ejercicio es al menos tan importante como tener la tensión, el colesterol y el peso en los niveles correctos. Los científicos descubrieron que, independientemente de los factores de riesgo, la gente sedentaria tenía el doble de posibilidades de morir de un problema cardiovascular que aquellos que practicaban algo de ejercicio y seis veces más que aquellos que practicaban ejercicio físico intenso con frecuencia.
Al cotejar todos los datos los investigadores observaron sorprendidos que, incluso las personas que tenían hipertensión, colesterol o sobrepeso (y puntuaban alto en el test de Framingham), si hacían ejercicio tenían menos posibilidades de morir que aquellas personas que, pese a obtener la misma puntuación, llevaban una vida sedentaria.
El estudio no sugiere que podemos olvidarnos de la tensión o la dieta si practicamos ejercicio, pero apunta que la actividad física es al menos tan importante como éstas. Entre los participantes del estudio, aquellas personas que caminaban con frecuencia vivieron 15 años más, de media, que aquellos que llevaban una vida plenamente sedentaria. 

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