Se dice que la cara es el espejo del alma y, si hay
alguna parte que deba llevarse esa carga emocional, son sin duda los ojos. Más
o menos expresivos, los ojos suelen delatarnos si estamos cansados o
tristes, alegres o enfadados, enamorados o despechados. Han sido
inspiración de canciones y poemas y se han caracterizado por la belleza que le
otorgan al rostro. Los cerramos si queremos apagar el mundo y los mantenemos
muy abiertos cuando no queremos que nada se nos escape. Los maquillamos, los
ocultamos tras gafas de sol e incluso les cambiamos el color con unas
lentillas.
Pero no son esas sus únicas funciones. Los ojos forman
una parte crucial del lenguaje no verbal, y lo que expresamos con ellos es
infinito. Así lo afirma Ronald E. Riggio, el profesor de liderazgo y
organización psicológica del conocido hombre de negocios Henry R. Kravis,
y antiguo profesor del Claremont McKenna College.
En un artículo publicado en Psychology Today afirma basarse en las
investigaciones que hasta el momento ha llevado a cabo la ciencia para extraer
algunos datos interesantes acerca del poder de la mirada y de lo que
transmitimos gracias a ella. Sus conclusiones principales se resumen en cinco
puntos.
1. El contacto visual excita
Mirar fijamente a los ojos de otra persona genera una
reacción de excitación, aunque la interpretación de la misma varía según el
contexto. Cuando nos mira un extraño durante mucho tiempo podemos verlo como
una amenaza y experimentar miedo o angustia. Esta actitud es muy frecuente en
los animales, que se sienten amenazados si un humano los observa fijamente a
los ojos. Sin embargo, también es posible excitarse sexualmente gracias
al contacto visual, e interpretarlo como una invitación a mantener relaciones
sexuales.
2. Los ojos revelan la honestidad de una sonrisa
El psicólogo Paul Ekman ha distinguido entre
las sonrisas que representan una felicidad genuina y las sonrisas falsas, utilizadas
para fingir felicidad o para cubrir cualquier otra emoción. La clave para
distinguir una de la otra es observar la mirada de la persona en cuestión.
Cuando la sonrisa es honesta, los ojos se achinan y se generan patas de gallo
en los extremos.
3. La dilatación de la pupila es signo de interés (y
te hace parecer más atractivo)
Cuando la sonrisa es honesta, los ojos se achinan y se
generan patas de gallo en los extremosComo explica Riggio, cuando algo nos
interesa, nuestras pupilas se dilatan. Pero, además, esa dilatación nos hace
parecer más sexys. El profesor cita un estudio en el que en una foto de
una misma mujer se alteró artificialmente el tamaño de las pupilas. Se
compararon ambas fotos, idénticas salvo por el tamaño de la dilatación,
y aquellas que presentaban una mayor fueron calificadas como más atractivas que
las que se mostraron con las pupilas de tamaño normal.
4. La mirada recíproca es un signo de amor
Las investigaciones que estudian temas relacionados
con el amor y la atracción han concluido que el mirarse detenidamente y
la observación mutua son casi garantía de que las personas implicadas están
enamoradas.
5. El contacto visual da pie al engaño, aunque no del
modo esperable
Normalmente, y como se ha dicho, el contacto visual y
detener la mirada en algo suele ser signo de interés, amor, cariño o derivados.
Así se ha dicho que un mentiroso no suele mirar a los ojos, y que esta es
una característica fundamental de su lenguaje no verbal. Sin embargo, la
investigación ha demostrado, según cuenta Riggio, que en realidad las personas
con tendencia a mentir establecen un mayor contacto visual, ya que ponen más
energía en intentar convencer a su interlocutor de algo que no es verdad.
Quien dice la verdad, por el contrario, no necesita demostrar nada, y puede
estar simplemente distraído si no nos está mirando.
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