Muchas veces, los esfuerzos que hacemos para conseguir que se cumplan
nuestros objetivos se construyen sobre hábitos que no funcionan: te estás
saboteando a ti mismo, pero tiene solución
“No hay nada más destructivo que un acto reflejo” explica Victoria Lambert en el Daily Mail, pero gracias a la regla
de los cuatro segundos podemos controlar esas decisiones irracionales e
impulsivas que, en muchas ocasiones, desembocan en problemas laborales o
personales.
El ritmo frenético de nuestras vidas y los
malabarismos que hacemos para conciliar relaciones amistosas y familiares con
el trabajo, hace que nos convenzamos de que es imposible tomarnos un tiempo para poner en orden nuestros
pensamientos y actuar correctamente. Pero, ¿y si ese tiempo tan sólo fuesen
cuatro segundos?
Esa pausa es todo el tiempo que se necesita para
controlar sus impulsos y tomar la decisión más inteligente y racional
Así lo plantea el coach Peter Bregman en
4 Seconds (HarperOne) donde plantea un sencillo truco para eliminar de
una vez por todas esa mala costumbre de actuar a lo loco
sin meditar mínimamente: hacer una respiración profunda durante unos segundos
antes de tomar cualquier decisión.
Bregman ofrece una sencilla y brevísima regla con la
que “podrás recuperar el control de tu vida, tomar mejores decisiones e incluso
mejorar tus relaciones familiares y labores”, ahí es nada. La cuestión es: ¿es
posible aprender a amar la vida y conseguir ser más feliz en sólo cuatro
segundos?
Lo estás haciendo mal, pero hay solución
En muchos casos, los esfuerzos que hacemos para
conseguir que se cumplan nuestros objetivos se construyen sobre hábitos que no
funcionan “aunque ni siquiera nos damos cuenta de que nos estamos
saboteando a nosotros mismos”, comenta el autor. Por ejemplo, cuando tienes un
montón de tareas en el trabajo y en lugar de ir resolviéndolas te puede el
estrés y acabas acumulando más y gastando el doble de tiempo, o cuando estás
aconsejando a un amigo que tiene un problema y, sin saber cómo, terminas por
hacer que se sienta peor y su problema se haya agrandado.
“Todas estas situaciones podrían evitarse con sólo una
pausa para considerar las consecuencias de nuestras acciones y tomar la mejor
elección” explica Lambert. La regla de los cuatro segundos se basa en centrarse
en lo concreto y no tratar de abarcarlo todo.
¿Cómo lidiar con distracciones?
Controlar que pensamientos que no vienen a cuento se
crucen en nuestra mente sin más es más sencillo de lo que parece. Bregman
estima que aproximadamente cada cuatro segundos surge una nueva idea en nuestra
cabeza. Ser conscientes de la propia capacidad que tiene nuestro cerebro para distraerse a sí
mismo es fundamental
para encontrar el orden y evitar estar a mil cosas a la vez.
El secreto para tomar buenas decisiones que simplifiquen
tu vida es respirar profundamente durante cuatro segundos antes de actuar
Por ejemplo, si de pronto nos encontramos en medio de
un intercambio de emails incendiarios, usar la regla de los
cuatro segundos antes de responder será la mejor manera de controlar la ira y
no perder más el tiempo. “Para mejorar la productividad, comprueba tu correo
sólo un par de veces al día y resiste la tentación de revisarlo fuera del
horario laboral” aconseja Bregman.
Con la regla de los cuatro segundos “es posible
identificar los impulsos que quieren tomar un camino destructivo en lugar de
ignorarlos” insiste el autor. El tiempo suficiente para analizar lo que se
podría responder en cada situación y escoger la opción que verdaderamente
compensa.
¿En qué consiste la regla de los cuatro segundos?
“El secreto para tomar buenas decisiones que
simplifiquen tu vida es respirar profundamente durante cuatro segundos antes de
actuar”, defiende el reconocido coach: “Puede sonar muy simple, pero se ha
demostrado que esa pausa es todo el tiempo que se necesita para controlar los
impulsos y tomar la decisión más inteligente y racional”.
Esta pausa es el tiempo suficiente para darnos cuenta
de si continuar adelante con algo se va a traducir en un problema o de si
queremos o no hacerlo. Evitar los conflictos
en pareja, los
enfrentamientos laborales o los consejos fuera de lugar a amigos es tan
sencillo como respirar profundamente.
El estilo de vida de los cuatro segundos
No hace falta contar hasta cien como se suele
recomendar, este breve descanso nos da la oportunidad de
cuestionar nuestras acciones y tomar la decisión correcta. Y lo mejor de
todo: probarla apenas nos llevará tiempo.
“Muchos de nosotros empezamos el día con grandes
intenciones, pero de pronto empezamos a recibir llamadas y correos electrónicos,
y, al poco, no podemos recordar en qué queríamos centrarnos en primer lugar”,
explica Bregman.
Esta falta de control y orden
sobre nuestras decisiones y actos se va acumulando cada día y al final de la semana nos hemos
olvidado de lo que esperábamos conseguir. Por no hablar de cuántos objetivos se
quedan en el camino cuando acaba el año… Y terminamos por frustrarnos.
Aprendemos a hacer elecciones estratégicas organizando
y visualizando las actividades más importantes del día
Si comenzamos el día tomándonos unos segundos para preguntarnos
qué esperamos sacar del día –sin hacernos propuestas excesivamente
trabajosas– y nos centramos en que cada una de las decisiones que tomemos a lo
largo de la jornada nos ayuden a cumplir con esos objetivos, “estaremos
ejercitando nuestra capacidad de responder de manera estratégica y productiva
al mundo que nos rodea” insiste el autor.
Plan anual en cuatro segundos
Bregman propone identificar cinco cosas que nos
gustaría hacer a lo largo de un año. Desde cambiar de trabajo, encontrar el
amor o algo tan fácil como ahorrar 5 euros a la semana, lo que queramos. Estas
prioridades deben ocupar el 95% del tiempo de tal forma que todo lo
que no encaje en alguno de estos cinco objetivos debe quedar fuera.
Debemos crear una lista de tareas pendientes que se
compone de seis cajas –una por cada uno de estos objetivos anuales y una sexta
que será ese 5% de tiempo restante que utilizaremos para actividades que estén
al margen de las áreas prioritarias– y pegarla en la pared al lado de un
calendario.
“Cada mañana hay que echar un vistazo a la lista
de seis cajas e ir seleccionando las tareas que se pueda llevar a cabo a
lo largo del día para lograrlos poco a poco. “De esta manera, aprendemos a
hacer elecciones estratégicas organizando y visualizando las actividades
más importantes de la jornada”, explica el coach.
El padre de la regla de los cuatro segundos recomienda
además que hagamos partícipe de nuestro plan anual –y que vean
claramente la lista, las seis cajas y el calendario– a algún compañero de
trabajo, amigo o familiar: “decirlo en voz alta y tener a otra persona
escuchándonos, genera un nivel más profundo de compromiso y responsabilidad con
uno mismo”.
Me quedo con esto para aplicarlo a mi día a día: " La regla de los cuatro segundos se basa en centrarse en lo concreto y no tratar de abarcarlo todo."
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