Establecer unos límites con este tipo de personas tóxicas puede ayudarte a
evitar perder tu tiempo, energía y recursos. Aprende a identificarlos y a
lidiar con ellos en tu día a día
Sonríen y asienten, pero han conseguido que odies tu trabajo aunque era el
puesto de tu vida. (iStock)
Quien dijo que trabajar era 'una lata', se
olvidó de comentar que también puede ser una tortura. Y no precisamente porque
tu puesto requiera esfuerzos físicos o mentales sobrehumanos, que puede que
también, ni porque tengas que pasar allí más horas que en la cola de Doña
Manolita en plena Navidad o porque tu salario sea realmente ridículo. No es la
tarea en sí, son los compañeros, aquellos con los que compartes más
de la mitad de las horas de tu día, lo que pueden hacer de tu vida laboral un
infierno en vida.
Aprovechados, envidiosos, preguntones, falsos,
listos (en la peor de las concepciones de dicho término), egoístas, carentes de
gracia, con el don de la inoportunidad, profesionales de la escalada laboral,
adoradores de dejarte en ridículo, 'yomismistas'… En resumen: seres insoportables hasta el punto de convertirse en
verdaderamente lo peor de tu trabajo.
Habrás escuchado o leído el calificativo de tóxico
para denominar a este tipo de 'colegas' –por el amor de dios, ¿a quién se le
ocurrió denominar así a la gente con la que trabajamos?– en más de una ocasión,
pero ¿cuáles son sus rasgos característicos? Samantha Lambert, directora
de Recursos Humanos de la empresa de diseño web Blue Fountain Media, recoge en 'Business News Daily' los cuatro tipos de trabajadores que, además de
hacer insufrible el día a día del resto de la plantilla, afectan al ritmo de
producción y convivencia de los empleados pudiendo causar problemas en los
negocios.
El 80% de las dificultades que surgen en las empresas
derivan de las relaciones tensas entre los empleados
Y no lo dice al azar: según un reciente estudio
realizado por la Association for Psychological Type International (organización
formada por profesionales multidisciplinares especializados en analizar los
diferentes comportamientos psicosociales de las personas), cerca del 80% de las
dificultades que surgen en las empresas derivan de las relaciones tensas entre
los empleados.
Si identificas a alguno de estos personajes entre tus
compañeros más cercanos, ojo, porque, tal y como explica Van Moody,
experto en relaciones sociales y autor de 'The People Factor' (Thomas Nelson),
“las relaciones de
trabajo complicadas
son mucho más que molestas: pueden causar ansiedad, agotamiento, depresión
clínica e incluso enfermedades”. Aprende a lidiar con ellos.
El pelota
Estos trabajadores que están de acuerdo con cualquier
cosa que dicen o hacen los superiores –e incluso otros compañeros rasos–
y dejan solos al resto de compañeros cada vez que se oponen a alguna
medida laboral. “En lugar de verbalizar sus propias opiniones, se ponen siempre
del lado de los miembros de alto rango de la empresa o se unen a lo que vota la
mayoría”, relata Lambert. Algo pusilánimes, no son así porque quieran
evitar problemas y busquen el bienestar de todos: quieren quedar bien con los
jefes, a poder ser mejor que tú, y no les importa a costa de qué.
La profesional de Recursos Humanos asegura que la mejor manera de
manejar a estos compañeros es desafiándoles con preguntas muy específicas sobre
algún aspecto laboral para que tengan que situarse en una posición concreta:
“De esta manera, podrás establecer un precedente para las reuniones en el
futuro, haciéndoles ver que sus opiniones y razonamientos son cruciales para
llegar a una decisión”, asegura la experta. Demostrarán tener algo de
personalidad, participarán más allá del 'sí a todo' y, de paso,
empezarán a quedar algo peor con los superiores si sus opiniones no apoyan al
100% lo que éstos digan.
El inútil (o que sabe hacérselo)
Incompententes que te hacen perder el tiempo. Sin
parar. Aquellas personas que nunca piensan si están molestando e impidiendo al
resto de la plantilla trabajar y se dedican a preguntar sin parar cómo se hacen
las cosas. Vamos, que te llegas a preguntar si realmente tienen alguna tarea
que hacer o están contratados para incordiar, ralentizar tu trabajo y, sabe
dios, ¿ir de vez en cuando a la máquina de 'vending'?
“Si esto ocurre con frecuencia, la forma más eficaz de
quitarte inmediatamente de encima a este 'colega', es haciéndole saber
que estás trabajando y que tienes un plazo de tiempo muy ajustado para acabar”
saber que estás trabajando en algo y tener un plazo ajustado, advierte Lambert.
Hazle saber que responderás a sus preguntas en otro momento y resérvale un hueco para hablar
con él más tarde, que sepa que no siempre estás disponible pero que, como eres
una estupenda persona, para él lo estarás (pero cuando tú puedas, no las 8
horas de jornada).
El trepa
“Algunos compañeros
de trabajo luchan porque sus asuntos lleguen al supervisor y a la dirección de la
empresa”, y los
conoces. Son esos seres que viven por y para demostrar que ellos hacen mejor
que nadie el trabajo, que son capaces de encontrar las soluciones ideales antes
que cualquiera (tarea sencilla si lo hacen a espaldas del resto ocultando que
existe ningún problema) y que merecen un trato diferente. Se creen mejores que
tú y se desviven por demostrarlo.
Siempre cercanos a los jefes y las personas
influyentes de la empresa, ansían estar involucrados en los procesos
importantes del negocio y que se les tenga en cuenta en la toma de decisiones
antes que a los demás. Exacto, quieren ascender cuanto antes y lo harán
a toda costa. Se preocupan por restar cualquier atisbo de profesionalidad a sus
compañeros y les da un 'jamacuco' si premian o agradecen un trabajo a alguien
que no sean ellos. Eso les hace mucha pupa. Por si no fuese suficiente, una de
sus peores características es que son unos chivatos. “La mejor manera de
hacer frente a estos empleados tóxicos es pidiéndoles directamente que si
tienen algún problema contigo o tu trabajo te lo digan a ti directamente”,
recomienda la experta.
El pesimista
Aquellas personas con una carga excesiva de
negatividad que se dedican a quejarse de todo y de todos sin parar. En su
opinión, todo es el horror: su trabajo es un asco, los proyectos siempre salen
mal, el resto de compañeros no aportan nada, están convencidos de que la
gente les odia y, básicamente, creen que hay un complot mundial en su contra
para hacerles infelices. Para remediarlo, lejos de buscar el lado positivo de
la vida, comparten con el resto del personal sus caras de enfado y su
descontento vital y, a la larga, eso acaba arrastrando con la moral de todos
los que le rodean.
“Trate de hablar con ellos sobre lo que se puede hacer
para mejorar su problema. Es útil asesorarles para encontrar soluciones
en lugar de dedicarnos a destacar su problema de negatividad sin hacerle
sugerencias de mejora”, explica Lambert, quien recomienda encarecidamente
“establecer unos límites con este tipo de compañeros de
trabajo tóxicos, pues puede ayudarte a evitar perder tu tiempo, energía y recursos”.
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