miércoles, 1 de junio de 2016

UNO DE LOS PENSADORES MÁS IMPORTANTES DEL MUNDO DESCUBRE LOS PLACERES DE LA VIDA



El prestigioso profesor de Oxfod explica la importancia crucial de las relaciones interpersonales, por qué necesitamos ser escuchados y qué podemos hacer para mejorar nuestras vidas
Es reconfortante leer a Theodore Zeldin (Palestina británica, 1933), porque te permite ver la vida con otros ojos. En sus libros tienen un peso menor sus conclusiones o sus recomendaciones que el enfoque inédito que sitúa ante el lector, que las historias que narra y las preguntas que plantea. “No ofrezco soluciones, sino caminos de exploración”, afirma en su último texto, 'Los placeres ocultos de la vida' (Plataforma, 2015), una suerte de manual sobre aspectos esenciales de nuestra existencia que a menudo relegamos al segundo plano. En él Zeldin, profesor de Oxford al que le han sido concedidas la Orden del Imperio Británico y la Legión de Honor francesa, construye una serie de relatos y de reflexiones punzantes a través de las contradicciones entre lo que sus personajes (figuras histórica de relevancia, conocidas o desconocidas) hacen y dicen, entre su vida pública y su vida privada, entre lo que proponen y las sociedades que habitan, Y cuyo propósito último es resituarnos ante preguntas clave a las que debemos dar nuestras propias respuestas.
Es cierto que sus libros pueden caer en ocasiones en el psicologismo o que sus propuestas no siempre parecen suficientemente convincentes, pero son reproches menores ante el caudal de vida que se da cita en ellos. Zeldin, como demostró en 'Historia íntima de la humanidad', sabe regresar a aspectos cotidianos, a emociones, sentimientos y percepciones que dan forma a nuestra vida diaria, y que resultando esenciales, han sido sistemáticamente borrados de las reflexiones públicas, o se han subsumido en la pobreza conceptual del pensamiento positivo. 'El confidencial' conversó con él en Madrid para explorar algunas de las contradicciones que asoman en nuestro mundo.
PREGUNTA.- En 'Los placeres ocultos de la vida' repara especialmente en el trabajo. Afirma que un 57% cree que se ha equivocado de profesión, insiste en que hay un descontento enorme entre los profesionales porque creen estar condenados a realizar deficientemente su tarea o en que hay muchos trabajadores ocupados en empleos que no tienen nada que ver con su cualificación. Y a todo ello le sumamos el paro. ¿Cuál es la fuente última de este problema y qué podemos hacer?
RESPUESTA. Esto es algo muy importante porque la crisis nos está dando una oportunidad. La gran mayoría de la gente trabaja más de lo que debe con el objetivo de ser más eficiente, y eso les deja agotados, al mismo tiempo que hay en el mundo muchos millones de personas sin empleo. Por eso creo que necesitamos nuevas ideas, nuevas facultades críticas que nos hagan reinventar los negocios. Eso siempre ocurrió en la historia de la humanidad: cada vez que llegaba una gran crisis, se inventaba una nueva forma para satisfacer las necesidades. La agricultura o la industria surgieron cuando había escasez de alimentos o cuando había aumentado de tal manera la población que ya no había recursos para todos. Y eso es lo que debemos hacer ahora.
La realidad es que la mayoría de la gente se siente esclava a tiempo parcial de las grandes industrias
Hemos de aportar nuevas ideas que satisfagan a las personas, porque la mayoría de ellas no están contentas en un trabajo en el que no encajan: tienen que vender productos para ganar más dinero siempre desde el propósito industrial. El trabajo debe aportar algo a la gente en lugar de convertirla en esclava y la realidad es que la mayoría de la gente se siente esclava a tiempo parcial de las grandes industrias. Necesitamos una nueva filosofía de las empresas porque nos queremos sentir plenamente vivos, y no sólo al 50%. Las familias que se sienten más satisfechas son las que tienen las mejores relaciones interpersonales, y ese es un camino que se debería explorar en las empresas. Una célula sólo puede vivir si establece una conversación con las células de alrededor, y al ser humano le ocurre lo mismo.
P.- Otro asunto que aparece en el libro con mucha frecuencia es el de la importancia de ser escuchado. De otro modo, se construyen escenarios fríos, que dejan a las personas con la sensación de que no tienen ningún valor para los demás, que ni siquiera les prestan atención alguna. Afirma que ese mal es común en nuestra sociedad porque es un sentimiento muy dañido, que nos hace pensar que somos instrumentos para los otros.
R.- En la época actual, en política, en economía o en el ámbito terapéutico, hemos optado por lo que podría llamarse medicalización, y que consiste en tratar de disminuir los daños que nos provocan nuestros entornos, y lo cierto es que no está dando resultados. Tenemos que saber dónde más podemos dirigirnos, y creo que una solución está en potenciar las relaciones 'one to one' entre las personas. Una gran revolución en la historia de la humanidad tuvo lugar cuando los hombres y las mujeres comenzaron a hablarse y a escucharse. Las mujeres comenzaron a abrir sus bocas y a no cubrir sus caras, a expresarse y a ser escuchadas. Eso supuso que comenzásemos a conocernos mejor, porque en esos terrenos es cuando descubres la verdad sobre la gente; en la vida privada no puedes decir mentiras porque si lo haces queda destruida del todo. Todavía hoy en EEUU es difícil tener amistad con una mujer, porque cuando se casa deja de hablar de novios anteriores, algo que se convierte en tabú, y deja de ver a sus amigos. Reinan los celos, que es el miedo a perder lo que tenemos, y eso es algo ridículo.
Tuve la gran suerte de llegar al poder muy joven y descubrí que no es muy interesante. Otras personas tienen que esperar muchos años para darse cuenta
En todo caso, creo que la honestidad de la vida privada debería trasladarse a la pública, y que esa posibilidad de hablar y de escuchar a los demás habría de ser algo común. Eso sería una revolución y eso es lo que nos estamos perdiendo en los negocios, en la política o en los medios de comunicación. Estoy organizando en distintos países conversaciones cara a cara entre personas que no se conocen, y los participantes se sienten impresionados al ver cómo se pueden abrir a extraños tan fácilmente. Algunas universidades están comenzando a hacerlo también y es interesante, porque muy a menudo no hablamos con los demás, sino que decimos mentiras y hacemos teatro.
P.- Cuando analiza figuras como el líder o el rebelde, se perciben de forma nítida los dos aspectos que conforman su acción, como son el contenido explícito de lo que persiguen y lo que deben hacer para alcanzarlo. Son aspectos que a menudo se contradicen, como ocurre en la política o en la economía. Cita, en este sentido a Francis Bacon, que ganó el poder y perdió la libertad. ¿Cómo hacemos para escapar de esta trampa?
R. Tuve la enorme suerte de llegar al poder en la universidad muy joven y descubrí que no es muy interesante. Otras personas tienen que esperar muchos años para darse cuenta. Tuve también la suerte de asesorar a un presidente francés y me di cuenta de que, aunque seas el presidente no tienes poder, porque los funcionarios no te dejan y porque todo el mundo te pone obstáculos. Bacon se dio cuenta hace siglos de esta batalla por controlar a otras personas, lo que le decepcionó profundamente, porque supo que al jugar este juego se pierde el control de uno mismo. Y eso debe llevarnos a la pregunta de qué es el mundo, de para qué sirve la vida. Para unos es tener un trabajo y hacerse ricos, para otros luchar contra el poder y para otros tener una familia y llevar una existencia tranquila. Pero la mayoría de la gente sólo vive el 15 por ciento de la vida, porque se convierte en un especialista que hace una sola cosa.
Las profesiones están en crisis porque todo el mundo tiene que trabajar muy duro y apenas les queda tiempo para pensar
El propósito del libro es mostrar lo que la gente no hace, conseguir que el lector se formule preguntas y que imagine aquello que se puede hacer de forma distinta. No hay que tener miedo a poner en marcha algo diferente. Elon Musk decía que tenía un diez por ciento de probabilidades de acertar en lo que estaba haciendo, y eso es bueno, porque la ciencia vive de cometer errores que revelan que hay otra verdad detrás que podremos descubrir. Vivimos en un mundo en el que las profesiones están en crisis. Los doctores dicen que no pueden pasar más de diez minutos con cada paciente, los periodistas tenéis que trabajar y no tenéis tiempo para pensar y en cada profesión hay muchas quejas respecto de las presiones que se sufren. Creo que en cada empresa debería existir un pequeño departamento de experimentación para analizar qué se puede hacer, y cómo cambiar las cosas para salir de esta situación. Recuerdo que hace apenas quince años los periodistas tenían tiempo para sentarse en un café a conversar contigo, y ahora no lo tienen.
P.- En el libro afirma que nada hay más peligroso que ser el hijo de un millonario, lo que le sirve para subrayar las consecuencias íntimas a las que conduce una vida tejida únicamente por la ambición de éxito pero también como metáfora de lo que provoca esa actitud en la vida social. ¿Por qué nada es más peligroso que ser el hijo de un millonario?
R.- He conocido a millonarios y te das cuenta de que cuando tienes la posibilidad de hacer todo, no sabes qué hacer contigo mismo y con tu vida. Es muy bueno empezar desde abajo. He tenido mucha suerte también en esto. Mis padres, que eran personas con educación pero sin dinero, huyeron de Rusia porque era imposible vivir allí. He tenido que trabajar duro, y no hay nada mejor que eso para ver de una manera más clara las dificultades de la vida y para fijarte tus objetivos. El progreso es resultado del sufrimiento. En Inglaterra, por ejemplo, a gente que lo hace mejor son los inmigrantes indios, que estudian mucho y sacan muy buenas notas, mientras que otras personas más acomodadas son mucho más perezosas. Ser millonario y tener una serie de privilegios no es la respuesta. Siento mucha atracción y mucho entusiasmo por España, porque habéis tenido periodos de gran éxito y de grandes hundimientos. España es un país de enormes logros en el arte y en algunas industrias, y también ha sido un país con gastos enormes, por ejemplo en aeropuertos inservibles. Es cierto que las dificultades son muchas, pero soy muy entusiasta con la España de hoy y con su energía. Me gustaría organizar más conversaciones en España en las que la gente pueda expresarse y relacionarse con los demás

SIETE COSAS QUE PUEDES APRENDER EN 10 MINUTOS Y QUE CAMBIARÁN TU VIDA




A medida que envejecemos se nos hace más cuesta arriba aprender cosas nuevas. De la misma manera que te desespera ver cómo tu madre busca un cubo de basura bajo la mesa cuando le hablas de vaciar la papelera del escritorio del ordenador, tú mismo empiezas a quedarte desfasado y cada vez hay más aparatos tecnológicos, expresiones o formas de organización que no tienes ni la más remota idea de cómo o para qué se utilizan.
Pero, como argumentas a menudo, es que no tienes tiempo para nada y mucho menos para ponerte a estudiar y analizar todo lo nuevo que aparece, por muy útil que digan que es. Ya, pues lo estás haciendo mal y, además de quedarte totalmente anclado en el pasado, tu productividad está cayendo por los suelos.
Buenas noticias: no necesitas dedicar tanto rato para ponerte las pilas. Como asegura en 'Business Insider' Ilya Pozin, en apenas 10 minutos podemos ponernos al día y actualizarnos, al menos con estos trucos básicos de la era moderna que pueden cambiar tu vida profesional y laboral sin apenas esfuerzo.
1. La Técnica Pomodoro
La gestión del tiempo es muy importante para mejorar nuestra productividad, y la conocida como Técnica Pomodoro es una de las más eficaces para este cometido. Inventada a finales de los años 80 por Francesco Cirillo, básicamente se centra en repartir nuestras tareas diarias en intervalos de 25 minutos, tiempo en el cual nuestra capacidad de concentración está al 100%. De esta manera, evitamos 'estar en misa y repicando' y además de ser más productivos, nos centraremos más en cada uno de los trabajos que realicemos.
2. Planificar el futuro (inmediato)
Dedicar apenas 10 minutos a visualizar y estructurar cómo será nuestra semana laboral y personal nos ayuda incluso a ahorrar tiempo días después. Si establecemos tareas que se vayan a repetir con el tiempo –reuniones semanales, entrega de proyectos e incluso ir a la compra– no necesitaremos repetir el 'planning' cada semana. “Esta metodología nos asegura poder guardar tiempo para nuestros propios proyectos o planes personales”, comenta Pozin.
Vas a necesitar organizarte, pero con qué uses 10 minutos ya te servirá para el resto del mes. (iStock)
3. Meditación
“En 10 minutos puedes aprender fácilmente una técnica de meditación que te servirá para el resto de tu vida”, asegura Andrew Thomas, cofundador de la empresa SkyBell, quien reconoce acudir a menudo a YouTube para visualizar manuales exprés de meditación. La palabra de moda nos ayuda a relajar la mente, reducir el estrés y aporta claridad a nuestra vida cotidiana impulsando nuestra productividad laboral, aseguran sus fieles seguidores.
4. Técnicas de memorización
Cada vez te olvidas de más cosas, pero nada como culpar a los años de tus problemas de memoria. No es tanto la edad como la mala organización de los recuerdos, tareas y datos en tu mente. Visualizando nuestro cerebro como si fuese un sistema operativo en el que la información se organiza en carpetas diferentes, es bastante más sencillo acceder o recuperar aquello que necesitamos en un momento concreto. Sabemos dónde está, ¡a por el recuerdo!
5. Triplicar la velocidad de lectura
“He leído al menos un libro por semana en cada viaje que hago”, asegura Jesse Lear, fundador de la compañía V.I.P. Waste Services, LLC, quien desvela su moderno truco: usar aplicaciones de audiolibros en las que se puedan escuchar las obras a una velocidad tres veces superior a la habitual. El empresario asegura que el cerebro tarda poco más de 10 minutos en habituarse al ritmo de narración, y después, la memoria empieza a trabajar para que interioricemos el contenido.
Si vas a gastar papel sin apuntar nada, casi mejor organízate mentalmente. (iStock)
6. Estiramientos
Teniendo en cuenta los terribles problemas de salud relacionados con el sedentarismo, aprender a estirar nuestros músculos y articulaciones no es ninguna tontería. En apenas 10 minutos podemos aprender a realizar sencillos ejercicios para prevenir problemas como el síndrome del túnel carpiano o los dolores de espalda, que de no paliarse pueden convertirse en una molestia de por vida. Dedicando al menos cinco minutos cada día a ponerlos en práctica, podemos mejorar nuestra salud y productividad, ya que evitaremos 'estar hechos polvo' durante el horario laboral.
7. Mejorar la concentración
Evitar las distracciones es realmente complicado. Estamos leyendo algo y perdemos el hilo a los pocos segundos, dejamos de escuchar las directrices de nuestro jefe en plena charla o, a niveles de andar por casa, aparecemos en la cocina buscando algo y no sabemos qué hacemos allí. Si establecemos parcelas para cada tarea podemos evitar estas divagaciones mentales. Por ejemplo, reservar una hora diaria únicamente para enviar correos electrónicos, de tal forma que cuando acudamos a una reunión no estemos pendientes de revisar nuestra bandeja de entrada.

SER VALIENTE NO ES NO TENER MIEDO SI CREES QUE UNA PERSONA CON CORAJE NO TEME A NADA, ESTÁS MUY EQUIVOCADO




 No busques tu valor en la osadía de no sentir miedo de nada en este mundo, sino en tu capacidad superar lo que te aterroriza y que es capaz de paralizarte.

No podemos olvidar que el miedo es una fuerza muy poderosa, y que muchas personas actúan por el miedo perder todo lo que poseen. Por eso es muy importante estar siempre atento, porque la vida nos ofrece muchas oportunidades y necesitamos tener valor para enfrentar todo lo que es desconocido o da miedo.


La fuerza del miedo

El miedo asusta; es un sentimiento capaz de acobardarnos. Es una fuerza poderosa que nos hace incapaces de reaccionar, por miedo a lo que los demás digan, a lo que puede suceder, a lo que puedo perder o a lo que podrían hacer conmigo.

Sin embargo, grandes personas a lo largo de la historia fueron capaces de enfrentarse a sus miedos más íntimos y mostrar en valor de seguir adelante, a pesar de que tenían mucho que perder y que arriesgaran la vida en este proceso.

El valor de afrontar tus miedos

Para vivir bien, necesitamos superar nuestros temores. Sin embargo, sólo existe una forma de superar los miedos: el valor para afrontarlos. Solamente una persona que es capaz de “mirar a sus miedos de frente” y superarlos, consigue ser feliz.

No podemos creer que algunas personas no sientan miedo. Es un sentimiento natural, inherente a los seres humanos, y todos nosotros, en algún momento da vida sentimos miedo de algo. La persona valerosa no es la que no conoce el miedo, sino la que lo supera.

A veces no eres consciente de tus propias fuerzas, hasta que te enfrentas con tu mayor debilidad. (Susan Gale)

Por tanto, cuando observamos a personas que se enfrentan a la vida con valor, no quiere decir que no tengan miedo, sino que están superando sus temores, mirándolos de frente para alcanzar sus objetivos.


Miedos cotidianos

Normalmente nos enfrentamos con muchos miedos; algunos son reales, otros imaginarios. ¿Quién no tiene miedo a la enfermedad? ¿Quién no tiene miedo de que algo malo le suceda a un ser querido? ¿Quién no siente pánico a la hora de decir algo, por miedo a las consecuencias?

La sociedad nos impone una serie de miedos a través de mensajes cotidianos, de los medios de comunicación, de las conversaciones en una cafetería o de los discursos acalorados. Todo eso nos hace olvidar nuestro valor, y nos acobardamos.

El éxito no es el final, el fracaso no es fatal: lo que cuenta es el valor para seguir adelante. (Winston Churchil)

Sólo superando todos los tipos de miedo te sentirás bien contigo mismo. De esa forma, serás la persona que siempre soñaste ser y podrás sentir felicidad en la vida, enfrentando los temores nocturnos y la inmovilidad.

Lo que realmente debemos temer es la incapacidad de superar los miedos que invaden nuestra alma y nos impiden vivir con libertad, perder la pasión por lo que hacemos o el entusiasmo por la vida, la falta de valor para superar el fracaso y la adversidad; esto es lo que de verdad asusta.

No dejes tu valor guardado en un cajón por la mañana cuando te levantas. Recuerda que tu vida es preciosa, que tu voz merece ser oída y que tu valor te define como persona. Por tanto, olvida los miedos, enfrenta la vida con la cabeza alta y demuestra tu orgullo y tu fuerza.

Usa todo tu valor para enfrentar los miedos, pues no existe temor mayor que el de no poder enfrentarte a tus problemas, no ser tu mismo a cada minuto que pasa y no encontrar valor para derrotar los miedos.