A medida que envejecemos se nos hace más cuesta arriba
aprender cosas nuevas. De la misma manera que te desespera ver cómo tu madre
busca un cubo de basura bajo la mesa cuando le hablas de vaciar la
papelera del escritorio del ordenador, tú mismo empiezas a quedarte
desfasado y cada vez hay más aparatos tecnológicos, expresiones o formas de organización que no
tienes ni la más remota idea de cómo o para qué se utilizan.
Pero, como argumentas a menudo, es que no tienes
tiempo para nada y mucho menos para ponerte a estudiar y analizar todo
lo nuevo que aparece, por muy útil que digan que es. Ya, pues lo estás haciendo
mal y, además de quedarte totalmente anclado en el pasado, tu productividad está cayendo por los suelos.
Buenas noticias: no necesitas dedicar tanto rato para
ponerte las pilas. Como asegura en 'Business Insider' Ilya Pozin, en apenas 10 minutos podemos ponernos al día y
actualizarnos, al menos con estos trucos básicos de la era moderna que
pueden cambiar tu vida profesional y laboral sin apenas esfuerzo.
1. La Técnica Pomodoro
La gestión del tiempo es muy importante para mejorar
nuestra productividad, y la conocida como Técnica Pomodoro es una de las más
eficaces para este cometido. Inventada a finales de los años 80 por Francesco
Cirillo, básicamente se centra en repartir nuestras tareas diarias en
intervalos de 25 minutos, tiempo en el cual nuestra capacidad de
concentración está al 100%. De esta manera, evitamos 'estar en misa y repicando' y
además de ser más productivos, nos centraremos más en cada uno de los
trabajos que realicemos.
2. Planificar el futuro (inmediato)
Dedicar apenas 10 minutos a visualizar y estructurar
cómo será nuestra semana laboral y personal nos ayuda incluso a ahorrar
tiempo días después. Si establecemos tareas que se vayan a repetir con el
tiempo –reuniones semanales, entrega de proyectos e incluso ir a la compra– no necesitaremos repetir el
'planning' cada semana. “Esta metodología nos asegura poder guardar tiempo
para nuestros propios proyectos o planes personales”, comenta Pozin.
Vas a necesitar organizarte, pero con qué uses 10 minutos ya te servirá
para el resto del mes. (iStock)
3. Meditación
“En 10 minutos puedes aprender fácilmente una técnica
de meditación que te servirá para el resto de tu vida”, asegura Andrew
Thomas, cofundador de la empresa SkyBell, quien reconoce acudir a menudo a
YouTube para visualizar manuales exprés de meditación. La palabra de moda nos ayuda a relajar la mente,
reducir el estrés y aporta claridad a nuestra vida cotidiana impulsando nuestra
productividad laboral, aseguran sus fieles seguidores.
4. Técnicas de memorización
Cada vez te olvidas de más cosas, pero nada como
culpar a los años de tus problemas de
memoria. No es tanto
la edad como la mala organización de los recuerdos, tareas y datos en tu mente.
Visualizando nuestro cerebro como si fuese un sistema operativo en el
que la información se organiza en carpetas diferentes, es bastante más sencillo
acceder o recuperar aquello que necesitamos en un momento concreto.
Sabemos dónde está, ¡a por el recuerdo!
5. Triplicar la velocidad de lectura
“He leído al menos un libro por semana en cada viaje
que hago”, asegura Jesse Lear, fundador de la compañía V.I.P. Waste
Services, LLC, quien desvela su moderno truco: usar aplicaciones de audiolibros
en las que se puedan escuchar las obras a una velocidad tres veces superior
a la habitual. El empresario asegura que el cerebro tarda poco más de 10
minutos en habituarse al ritmo de narración, y después, la memoria empieza a
trabajar para que interioricemos el contenido.
Si vas a gastar papel sin apuntar nada, casi mejor organízate mentalmente.
(iStock)
6. Estiramientos
Teniendo en cuenta los terribles problemas de salud
relacionados con el sedentarismo, aprender a estirar nuestros músculos y articulaciones no es ninguna
tontería. En apenas 10 minutos podemos aprender a realizar sencillos ejercicios
para prevenir problemas como el síndrome del túnel carpiano o los
dolores de espalda, que de no paliarse pueden convertirse en una molestia de por
vida. Dedicando al
menos cinco minutos cada día a ponerlos en práctica, podemos mejorar nuestra
salud y productividad, ya que evitaremos 'estar hechos polvo' durante el
horario laboral.
7. Mejorar la concentración
Evitar las distracciones es realmente complicado.
Estamos leyendo algo y perdemos el hilo a los pocos segundos, dejamos de
escuchar las directrices de nuestro jefe en plena charla o, a niveles de andar
por casa, aparecemos en la cocina buscando algo y no sabemos qué hacemos
allí. Si establecemos parcelas para cada tarea podemos evitar estas divagaciones
mentales. Por ejemplo,
reservar una hora diaria únicamente para enviar correos electrónicos, de tal
forma que cuando acudamos a una reunión no estemos pendientes de revisar
nuestra bandeja de entrada.
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