En un guiño a 'Atrapado en el Tiempo', el experto en desarrollo Paul Hannam
ha publicado un libro que descubre el lugar donde se esconde la verdadera
felicidad sin panaceas ni engaños: nuestro interior
El cine como la vida nos enseña de vez en cuando
lecciones de utilidad (¿por qué tengo la sensación de que ya he escrito esa
frase antes?). Decía que el cine, como la vida… Pero, en fin, ustedes también
deben tener la sensación de vivir en una especie de rueda de hámster en la que
los días se suceden sin pena ni gloria y, curiosamente, a pesar de que cada día
nos parece siempre el mismo contamos las horas que quedan para que acabe y
¡empiece de nuevo! Como aquel mítico Día de La Marmota que vivía y
padecía el meteorólogo Phil Connor (Bill Murray) en la ya clásica –hasta
eso suena aburrido– 'Atrapado en el Tiempo'. Sin embargo, uno también tiene la sensación, como le ocurrió a este
cínico presentador que esta suerte de tedio vital tiene algún sentido,
precisamente, el de romperlo. ¿Cómo? Disfrutando de cada instante como si fuera
el último, con toda la intensidad de algo que podría ser pasajero, de hecho,
que tal vez no vuelva a ocurrir nunca, porque solo pensamos en la
incertidumbre con matices aciagos, cuando lo mejor que te pueda pasar es
que no sepas que va a ocurrir en tu vida en cuestión de unas horas.
Vivimos con el reloj a cuestas nuestras rutinarias
existencias hipotecándonos por la esperanza de felicidad futura
Este es uno de los poderosos mensajes que el experto
en desarrollo personal Paul Hannam ha explicado en un extracto publicado
en 'The Daily Mail' y que transmite en su libro 'The Wisdom of Groundhog Day', donde justo trata esta condición de vivir en un día
de la marmota eterna para subvertirla y convertir cada momento en una fiesta
del presente.
Vivimos con el reloj a cuestas nuestras rutinarias
existencias hipotecándonos por la esperanza de felicidad futura. ¿Cómo
sería –se pregunta Hannam– si por un momento nos dedicásemos a ser felices
porque sí en vez de buscarla en el dinero, el poder, la aprobación de los demás
o el estatus?
Consiste, según el experto, en hacer pequeños cambios
que pueden resultar fundamentales en vez de escribir largas listas de buenos
propósitos o marcarnos metas tan grandes que resulten inabarcables.
Tal vez pienses que este es otro de esos artículos
naif de autoayuda que se suman a una larga lista de monsergas contradictorias,
pero la búsqueda de la satisfacción interior y no motivada por agentes
externos, que además nunca podrás controlar, es la sencillísima clave para ser
felices. Pero para lograrlo, explica el experto, debemos saber qué es lo
realmente importante para nosotros.
Mindfulness o el aquí y ahora
Lo primero que sugiere el autor es dejar de pensar en
qué queremos y empezar a pensar en lo que realmente da a nuestra vida sentido,
lo que es importante para nosotros en términos de vida, carrera y acciones.
¿Qué aspectos de nosotros mismos y nuestros sueños no consideramos negociables?
Podemos empezar por escoger un par de valores que sean relevantes e intentar
que todas nuestras decisiones y comportamientos se armonicen con ese
objetivo vital. Por ejemplo, si para nosotros el amor es lo primordial
deberemos pensar si nuestro trabajo nos impide poder dedicarle tiempo a nuestra
pareja, o bien, si elegimos la simplicidad, tendremos que valorar qué facetas de nuestra
cotidianidad hacen que nuestra vida sea compleja y, por tanto, cambiarlos.
El mindfulness nos ayuda a armonizar cuerpo y mente y
conectar con nuestros valores y lo que es para nosotros importante en la vida
Hannam también propone una serie de cuestiones que
todos nosotros deberíamos plantearnos cada día durante unos minutos:
1. ¿Qué haría hoy si me quedasen solo unos meses de
vida?
2. ¿Cómo viviría si priorizase mi propia felicidad
sobre las demás cosas?
3. ¿Cómo emplearía mí tiempo si me focalizase en
apreciar lo que tengo en vez de querer más?
4. ¿Qué harías hoy que haría tu día perfecto?
Si analizamos las respuestas, nos daremos cuenta que
tener un día de la marmota o un día perfecto es nuestra elección y lo siguiente
será experimentarlo.
En realidad, las ideas que aparecen en 'The Wisdom of
Groundhog Day' son puro mindfulness e incluyen ejercicios de respiración
(30 minutos al día es suficiente) que te ayudan a conectar con el momento presente y armonizar cuerpo y mente dejando las
preocupaciones y su peligrosa somatización.
De hecho, numerosos estudios demuestran los beneficios
del mindfulness en nuestra salud, como la reducción de la ansiedad, el estrés y
la depresión, una menor presión sanguínea o el fortalecimiento del sistema
inmunitario. Y para pruebas, una reciente: científicos de la Universidad de
California están estudiando cómo ser agradecidos con lo que somos y
tenemos puede cambiar nuestra vida.
“Quienes practican la gratitud son más optimistas y compasivos, se sienten mucho menos solos y disfrutan de mejor
salud”, señala el experto, que propone mantener un 'diario de gratitud'
donde escribamos aquello positivo que nos ha ocurrido durante el día y por lo
que damos las gracias. Y pueden ser detalles tan pequeños pero placenteros como
una taza de café o un vídeo que nos ha hecho sonreír.
Y de esa forma, dice Hannam, no habrá más días de
la marmota
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