El Mindfulness o
atención plena es un estado de atención abierta a la
totalidad de nuestra experiencia vital aquí y ahora. Se trata de una
experiencia integral en la que tomamos plena conciencia del estado corporal, de
la respiración, de las sensaciones, las emociones, los contenidos mentales y
nuestro entorno.
No es un conocimiento intelectual
sino una experiencia: el estado natural inherente a la naturaleza humana. Esta
experiencia no pertenece a ninguna tradición en particular.
No se puede acceder a esta
experiencia mediante la adquisición de nuevos conocimientos intelectuales. Es a
través del entrenamiento como llega a ser una experiencia vivida por cada uno.
Una vez adquirida esta experiencia, la práctica consiste en integrarla en la
vida cotidiana.
¿CÓMO SE ORIGINÓ?
Los orígenes de esta
práctica se remontan 2500 años atrás, pero fue Jon Kabat-Zinn, profesor emérito
de la escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, quien la aplicó
por primera vez en el contexto clínico, de una manera científica
obteniendo maravillosos resultados con sus pacientes. Kabat-Zinn diseñó el
programa MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) que se ha aplicado
exitosamente como un método de reducción de estrés y para tratar enfermedades
relacionadas con el mismo, así como una técnica para mantener la salud, en
centros médicos y hospitales.
¿QUÉ BENEFICIOS TIENE SU PRÁCTICA?
- Mejora la capacidad de enfoque y
concentración
- Incrementa en la sensación de calma y
bienestar general
- Disminuye el estrés y la ansiedad
- Fortalece la salud en general
- Mejora el control de impulsos
- Nos ayuda a tener respuestas hábiles a
emociones difíciles
- Incrementa la empatía y el entendimiento de
otros
- Desarrolla nuestras habilidades de resolución
de conflictos
¿CÓMO FUNCIONA EL MINDFULNESS?
El proceso de
Mindfulness consta de 6 procesos neuropsicológicos necesarios para llegar a un
estado de autoconsciencia.
1.
Intención y motivación (En busca de la
atención plena).
2.
La extinción y reconsolidación
(Cambiando actitudes y comportamientos).
3.
El desapego y descentramiento (Dejando
que se vaya el ego).
4.
Regulación de la atención.
5.
El comportamiento pro-social (Un
sentido de empatía hacia los demás).
6.
Regulación de las emociones.
PASOS A
SEGUIR
1.
Adoptemos
una postura cómoda, tumbados de espaldas o sentados. Si optamos por sentarnos,
mantengamos la columna recta y dejemos caer los hombros. Cerremos los ojos si
así nos sentimos más cómodos.
2.
Fijemos la
atención en el estómago y sintamos cómo sube y se expande suavemente al inspirar,
desciende y se contrae al espirar. Mantengámonos concentrados en la respiración
“estando ahí” con cada inspiración y espiración completas, como si cabalguemos
sobre las olas de nuestra respiración.
3.
Cada vez que
nos demos cuenta d que nuestra mente se
ha alejado de la respiración, tomemos nota de qué es lo que le apartó
devolvámosla al estómago y a la sensación de cómo entra y sale de él. Si
nuestra mente se aleja mil veces, nuestra “tarea” será sencillamente la de
devolverla cada una de ellas a la respiración sin que nos impo9rte en lo que se
haya involucrado.
4.
Percatémonos
de lo que se siente al pasar un rato todos los días nada más que estando con
nuestra respiración y sin tener que “hacer” nada.
5.
Practiquemos
este ejercicio durante quince días todos los días y en el momento que más nos
convenga, nos agrade o no, y veamos cómo nos sentimos al incorporar una
práctica disciplinada de la meditación en nuestra vida diaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario