domingo, 12 de enero de 2014

10 RASGOS DEL “BUEN PROFESIONAL”


1. CAPACIDAD DE DIFERENCIACIÓN

Antes de empezar pregúntate que tienes tú que los demás no tienen. Puede ser lo que ofreces (factor ‘contenido’), cómo lo ofreces (factor ‘continente’) o lo que haces sentir (factor ‘emoción’). Y si no tienes nada diferente, no compitas, mejor quédate en casa. Si tu trabajo no tiene nada de especial, poca gente reparará en ti con independencia de lo duro que trabajes, y eso significa que tampoco te pagarán mucho. Si ves lo que todo el mundo ve; si dices lo que todo el mundo dice; si ofreces lo que todo el mundo ofrece, estarás en medio del pelotón y nunca en posición de cabeza. Lo que te hace diferente, te hace único y especial. Lo esencial de cada persona es su singularidad. Éxito siempre es sinónimo de diferenciación.

 2. CAPACIDAD DE VENDER

Todos los entes empresariales –ya sean entidades jurídicas o personas físicas por cuenta propia– viven de lo mismo: de vender. Sin clientes no haya negocio; y sin negocio no se come. Una vez que sabes en qué te diferencias, centra tus esfuerzos en conseguir clientes. Invierte al máximo ahí tus energías, en la comercialización de tus productos y servicios. Si los números salen, el resto sale más fácilmente. Puedes ser excelente impartiendo seminarios y talleres de liderazgo, pero previamente hay que haberlos vendido. Y salvo excepciones, ningún producto –y  menos servicios– se venden solos, sino que hay que trabajar duro la venta, mucho más aún si uno es una persona poco conocida.

 3. CAPACIDAD DE NETWORKING

La venta está muy relacionada con la capacidad de estrechar relaciones. Más que en ‘algo’ se confía en ‘alguien’. Más que en el producto o servicio en cuestión se confía en quién hay detrás de los mismos. Los negocios son personas. Como dice John C. Maxwell, autor de El poder de las relaciones: "Trabajar duro no es suficiente; tampoco ser excelentes en lo que hacemos; para ser exitoso tienes que aprender a establecer relaciones". Y networking no es conocer gente ni irse de cañas. Todo eso está bien, es un primero paso, pero networking es, sobre todo, mantener las relaciones (hay que estar en contacto), conectar con la gente (ser empáticos) y tener algo valioso (propuesta de valor) que aportar.

 4. CAPACIDAD DE APRENDIZAJE

El mayor enemigo de cualquier empresa y de cualquier persona es la autocomplacencia. Nada hace fracasar tanto como el éxito. Las personas que son ‘referentes’ en algo tienen una actitud de mejora continua: filosofía kaizen. Son gente que está actualizada al cien por cien en su área de expertise. No bajan la guardia jamás y están alerta a todo lo que ocurre en su industria, sector o actividad. Estudia todo lo que puedas sobre lo tuyo. Lee, asiste a seminarios, talleres y congresos, y relaciónate con gente del sector. La consigna está clara: ‘Sé tan bueno en lo tuyo que los demás no puedan ignorarte’. Cuando hables delante de un cliente, de una audiencia o de quien sea, que los demás perciban y capten tu credibilidad porque sabes de lo que hablas y te sientes seguro.

 5. CAPACIDAD DE TENER NOTORIEDAD

Lo que no se conoce, no existe. Para tener éxito hay que ser visible. Hay que dejarse ver y armar ruido. Hay gente con mucho talento que pasa muy desapercibida y, por tanto, sus resultados no pasan del aprobado. El público (clientes) quiere poner cara y ojos a la persona que hay detrás de los productos y servicios. La fama vende, sí, y mucho. Ya lo dice Seth Godin: "Los ganadores triunfan a lo grande porque al mercado le encanta los ganadores". La visibilidad y la notoriedad son importantes en el 1.0 pero también cada vez más en el 2.0. Todo lo que decimos en RRSS nos posiciona tanto para bien como para mal. Todo movimiento en RRSS supone un impacto positivo (negativo) sobre nuestra marca personal.

 6. CAPACIDAD DE COMUNICACIÓN

La comunicación es la materia prima de la que se nutre las relaciones: emisor–mensaje–receptor. Es importante lo ‘que se dice’ y ‘cómo se dice’. Y hoy es esencial en la comunicación tener ‘capacidad para captar la atención’ y ‘capacidad de síntesis’. En un mundo dominado por la infoxicación –la intoxicación por exceso de información y alternativas– es esencial ser capaces de que nos presten atención y ser muy breves a la hora de transmitir ideas. Igualmente, para triunfar hay que saber hablar en público. Alguien que aspira a ser un referente en un sector o actividad, es demandado en foros y congresos. Y cada vez que se habla en público es una ocasión de impactar, y por tanto, de vender. A pesar de ello, es uno de los miedos más extendidos entre la población, más aún en países como España con poca tradición en la oratoria.

 7. CAPACIDAD DE TENER VISIÓN DE FUTURO

Saber anticiparse nos coloca en una situación ventajosa frente a la competencia. Siempre ha sido una cualidad importante para competir con éxito, pero hoy lo es aún más porque las ventajas competitivas tienden a reducirse en periodos más breves. En la actualidad la única ventaja competitiva sostenible es la capacidad de innovar recurrentemente, y ello tiene mucho que ver con saber por dónde van los tiros. La visión de futuro está íntimamente relacionada con la sensibilidad, que no es otra cosa que la capacidad para ‘ver lo que no se ve’, la habilidad para descifrar la realidad más allá de lo evidente y explícito, la capacidad para captar matices, detalles, cosas que a la mayoría de la gente se le escapan. La sensibilidad es el ancho de banda que cada persona tiene; la capacidad para leer entre líneas, de descifrar tendencias; un cierto olfato para poner los pies en el mañana.

 

 

8. CAPACIDAD DE PROMOVER LA DIVERSIDAD

La innovación procede siempre de la diversidad, del roce y la combinación de cosas diferentes; del ensamblaje y la unión de aspectos heterogéneos; de la asociación de ideas variopintas. Ganar en diversidad es ganar en novedad. Si hoy día la capacidad de innovar es la única ventaja competitiva, promover la diversidad en nuestras vidas no es una ‘posibilidad’ sino una ‘necesidad’. Como apuntan los suecos Jonas Ridderstrale y Kjell Nordstrom, autores de Karaoke Capitalism: "Un alto nivel de innovación depende de la apertura de una región a la diversidad. Cuantas más parejas de homosexuales, diseñadores, arquitectos, músicos, bailarines, fotógrafos, artistas y actores encontremos en un lugar geográfico particular, mayores serán las capacidades de auto–renovación de esa región". La época del Renacimiento –el ‘siglo de oro’– fue una de las más prósperas en creatividad  e innovación por confluir en un mismo ‘espacio’ (Florencia) y ‘tiempo’ (siglo XVI) personajes muy diversos –pintores, escultores, arquitectos, pensadores, científicos…– auspiciados por la familia de los Medici.

 9. CAPACIDAD DE SER FLEXIBLE Y ÁGIL

O dicho de otro modo, tolerancia a la ambigüedad y a la incertidumbre. Todo cambia muy rápido y ello exige una gran capacidad para adaptarse al nuevo contexto, una cierta capacidad para reinventarse. La gente especialmente rígida que sólo sabe moverse por entornos previamente definidos, lo va a pasar mal. Las rigideces –querer que las cosas sean de una determina manera– merman mucho nuestras posibilidades de desarrollo profesional y personal. Más importante que lo que se sabe, es lo rápido que se aprende. Los mercados demandan gente pragmática y ágil que tenga velocidad de actuación. Las oportunidades no esperan y se difuminan rápidamente. La ‘parálisis por el análisis’ es actualmente más peligrosa que nunca. Te deja fuera de mercado. Cuando quieres actuar es demasiado tarde. La capacidad de tomar decisiones es una característica de las personas de alto rendimiento. Y la capacidad de tomar decisiones está asociada a la capacidad de asumir riesgo: decisión–acción–error–aprendizaje–mejora.

 10. CAPACIDAD DE SER PRODUCTIVO

La productividad no consiste en hacer muchas cosas sino en eliminar todo aquello que no debe hacerse. Y ello implica aprende a enfocarse. El tiempo no se gestiona, se gestiona la atención, donde se pone el foco. Hoy día existen muchas más amenazas que ponen en peligro nuestra productividad. Las RRSS han cambiado nuestra forma de relacionarnos y hacer negocios. Bien gestionadas es una herramienta maravillosa; mal gestionada, una tortura. Si el tiempo es el activo más valioso con el que cuenta una persona –no se puede recuperar, ni reciclar, simplemente transcurre y no vuelve– la pérdida de tiempo es el pecado más grande que puede cometerse. La productividad consiste en centrar toda la atención en lo que se está haciendo sin dejar que otras cosas –mails, llamadas, alertas…– nos distraigan. Todo un reto para algunos, pero ello depende buena parte de nuestro éxito. Sin productividad es imposible triunfar. Las personas de éxito cuidan escrupulosamente su tiempo. Tu capacidad de enfoque es determinante para tu productividad personal.

 Fuente: FRANCISCO ALCAIDE HERNÁNDEZ

 

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