domingo, 5 de enero de 2014

AUTO-MOTIVACIÓN, ¿CÓMO LOGRARLA?



¿Cuántas veces has escuchado la palabra motivación y cuántas veces la has sentido?
Estoy segura que, en más de una ocasión, la has echado de menos. Tal vez cuando necesitaste que te echara una mano para hacer frente al montón de cosas que tenías que hacer, cuando se marchó “sin avisar” y te dejó sin energía y sin ganas o, cuando, simplemente, llevabas un tiempo sin sentirla y querías comenzar algo con ilusión y fuerza.
Antes de seguir con el artículo, me gustaría que vieras uno de esos clásicos vídeos motivadores:
Este proceso psicológico, llamado motivación, nos impulsa a alcanzar una meta y a mantener una conducta determinada para lograrlo. Es como la chispa interna que nos pone en funcionamiento. Nos da fuerzas para buscar, y utilizar, los recursos que necesitamos, hasta alcanzar lo que nos hayamos propuesto.
PAUTAS PARA PONERSE MANOS A LA OBRA CON ÁNIMO Y GANAS.
1) Sé consciente de tu diálogo interno.
Escucha lo que te dices desde que te despiertas hasta que te acuestas. Los mensajes que nos mandamos a nosotros mismos pueden hacernos sentir capaces de conseguir lo que nos proponemos o echar por tierra todos nuestros planes. Aumentar la confianza en uno mismo, la seguridad y mejorar el estado de ánimo puedes lograrlo teniendo un diálogo interno positivo. ¿Has empezado alguna vez el día diciéndote lo estupendo/a que eres? Prueba.
2) Piensa si lo que has planeado hacer, realmente quieres hacerlo.
Cuando podemos elegir una meta a alcanzar, es conveniente pararse a pensar si esa meta la hemos elegido porque queremos o porque quieren los demás. A veces asumimos tareas que creemos nuestras cuando, realmente, provienen del entorno: “Deberías”, “tienes que”, “haz esto qué es lo más conveniente”… Con el tiempo, nos damos cuenta de que nos hemos estado obligando a hacer algo para lo que, ya, no estamos motivados.
Si no has elegido tú la meta pero “tienes” que alcanzarla, lo mejor es que seas consciente de la actitud que tienes hacia ella. Una actitud negativa sería como pisar el freno y el acelerador a la vez…y tener prisa por llegar.
3) Define la meta y desglósala en pequeños objetivos.
Es importante que lo que te propongas sea realista y alcanzable. Ayuda mucho escribir la meta de manera clara y precisa para, después, fijarte tareas (objetivos) que te acerquen a ella.
4) Levántate, no te quedes esperando.
Si sabes qué es lo que quieres conseguir y lo que tienes que hacer para ello…actúa. Aunque haya días que no tengas mucha energía y ánimo, muévete. Fíjate en lo que llevas recorrido y no sólo lo en lo que te falta por recorrer. Puedes empezar el día con lo menos costoso, o desglosar las tareas en otras más pequeñas. Eso sí, comprométete a finalizarlas.
5) Equivocarse o caerse en alguno de los obstáculos NO es un fracaso.
Pensar que todo tiene que ir perfecto y que no hay cabida al error es, sin duda, el primer tropiezo de tu camino. Si algo no sale bien, o como esperabas, puedes pensar que todo es horrible o aprender del error para corregirlo y seguir adelante. No somos máquinas, sino personas, y los errores y fallos nos muestran el camino que no hay que coger para poder tomar uno mejor.
6) Felicítate por los logros que vayas consiguiendo.
Parece que tenemos la costumbre de castigarnos cuando hacemos algo “mal” y pasamos por alto todo lo que hacemos “bien” y logramos. Celebra los objetivos que vas dejando atrás y regálate, de vez en cuando, un capricho como premio. Te aseguro que sienta muy bien.
“El éxito no es el resultado de una combustión espontánea. Tú tienes que encenderte primero.”
Fred Shero

Nuria Álvarez

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