Cuando hablamos
de criticar o escuchamos la palabra “crítica” no es raro que lo relacionemos
con algo negativo; con el señalar defectos o lo que puede hacerse mejor. No
es raro tampoco que vaya acompañado (en muchas ocasiones) de palabras que no
son las más adecuadas a la hora de dar un mensaje… Creo que te suena de qué
estoy hablando.
¿Siempre tienen una connotación negativa?
¿Siempre serán nuestras “enemigas”?
Para aclarar un poco qué significa la palabra crítica,
y alejar de nuestra mente esta imagen un tanto antipática; dejo la siguiente
definición del Diccionario de la Real Academia Española:
“Examen y juicio acerca de alguien o algo y, en
particular, el que se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro, una
obra artística, etc”.
Es decir, no tiene por qué ser un juicio negativo,
ni tiene por qué expresarse de manera desagradable. Es una forma de
comunicar nuestras percepciones (lo que observamos de algo o de alguien)
y cómo nos hace sentir eso que observamos (la actitud de una persona, su
comportamiento, una obra de teatro etc).
Os dejo un vídeo con un breve relato acerca de lo que
estamos hablando y con una estupenda moraleja:
El cómo lo comunicamos y con qué intención es lo que
marca la diferencia entre unas críticas y otras, y es lo que hace que nos
sintamos muy bien o realmente mal al recibirlas.
RECIBIR CRÍTICAS… SIN DERRUMBARNOS.
Para poder hacer frente a una crítica es importante:
-Saber reconocer nuestros errores y considerar
que las críticas pueden ser una oportunidad de aprendizaje.
-Mantener la calma y no desmoronarse.
-Escucharla para reconocer de qué tipo es y
saber así qué técnica usar.
TIPOS DE CRÍTICAS
Destructivas: Con ellas se trata de herir o humillar a la
persona. Hacerla sentir despreciada y/o que la desprecien los demás.
Constructivas: Este tipo de crítica trata de ayudar a mejorar,
avanzar y lograr objetivos. Pueden positivas (destacan los puntos
fuertes, las habilidades, reconocen el trabajo bien hecho etc) o negativas
(tratan los errores y los aspectos a mejorar con el fin de beneficiar a la
persona y lograr su avance).
Las críticas, además, pueden expresarse correctamente
(sin faltar al respeto y empleando un lenguaje verbal y no verbal no agresivo)
o incorrectamente (todo lo contrario).
“La mejor crítica es la que no responde a la voluntad
de ofensa, sino a la libertad de juicio.”
Fernando Sánchez Dragó
Fernando Sánchez Dragó
TÉCNICAS PARA RECIBIR CRÍTICAS
CONSTRUCTIVAS NEGATIVAS
Si han expresado la crítica de manera correcta.
-Pedir detalles. Tratar de obtener información para
poder mejorar.
“¿A qué te refieres?” “¿Qué quieres decir con…?” “¿Qué
piensas que podría hacer para…?”
-Contemplar la posibilidad de que la persona tenga
razón.
-Agradecer la información recibida y la manera
en la que se expresó.
-Si estás de acuerdo con la crítica, puedes comprometerte
a cambiar y mejorar esos “fallos” pidiendo sugerencias para ello. Si no
estás de acuerdo, muestra tu disconformidad sin faltar al respeto: “Te
lo agradezco, aunque sigo convencido de que…” “Entiendo que opines así pero…”
”Gracias aunque sigo manteniendo que…”
Si han expresado la crítica de
manera incorrecta.
-Puedes seguir las mismas pautas que en el caso
anterior, pero expresando tu desacuerdo con la manera en la que te han
hecho la crítica: “Me gustaría que la próxima vez me lo dijeras sin gritar”.
TÉCNICAS PARA RECIBIR CRÍTICAS DESTRUCTIVAS
-En este caso no interesa obtener información, sino
parar la crítica o neutralizarla. Es importante mostrarse emocionalmente
independiente de la crítica porque, si “estallamos” , fomentaremos que la
persona continúe criticando.
EL RECORTE Consiste en no tener
en cuenta la parte ofensiva e hiriente de la crítica y centrarse únicamente
en la parte de la crítica que interesa.
-“Eres un pasota; nunca avisas cuando vas a llegar
tarde, todo te da igual”.
-“Tienes razón, debería haberte llamado para avisarte.
En esta ocasión los medios de transporte se retrasaron y yo también”.
SEPARAR LOS TEMAS: Consiste en distinguir los diferentes mensajes que
tiene la crítica y tratarlos por separado.
-“Eres un mal amigo porque te pido que me prestes el
coche y no te da la gana”.
-“Que no te preste el coche no significa que no sea tu
amigo. Simplemente no me gusta dejar el coche a nadie”.
DESARMAR LA IRA: Cuando la persona está
muy enfada es conveniente ignorar el mensaje (generalmente agresivo) y
rechazar, de manera educada, el continuar con el tema. Una vez que la
persona se haya calmado, se retoma la conversación.
“-¡Estoy harto! Siempre haces lo mismo ¡eres
insoportable!”
-“Veo que estás enfadado y me gustaría hablar sobre
ello. En este tono no podemos aclarar nada, o nos tranquilizamos o volvemos a
ello más tarde”.
No tengamos miedo a recibir críticas; pueden
aportarnos información muy valiosa y útil si las sabemos escuchar.
Nuria Álvarez
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