No es tan fácil como buscar si 'vaca' se escribe con 'b' o con 'v': hay
muchas otras dudas lingüísticas que nos surgen continuamente y nos llevan a
equivocarnos
La mayor parte de dudas que nos surgen cuando escribimos
son fáciles de solucionar. Por lo general, basta con echarle un vistazo al
diccionario o buscar el término en Google para despejarlas. En otras ocasiones,
sin embargo, es mucho más difícil saber si lo estamos haciendo bien o no,
puesto que la duda alude a cuestiones más complejas, como puede ser cuándo
utilizar una mayúscula o una minúscula o de qué manera se emplea un signo
de puntuación.
Con el objetivo de resolver muchas de esas dudas, el
pasado año Alberto Gómez Font, Xosé Castro, Antonio Martín
Fernández y Jorge de Buen publicaron 'Palabras mayores. 1999 recetas
infalibles para expresarse bien' (Vox) que, dirigido tanto a especialistas
-escritores, profesores, incluso periodistas- como a un
público general, intenta responder a esas preguntas que todos nos hacemos. Ya
hablamos de él en otra ocasión, pero ahora aprovechamos para
recopilar otros errores que cometemos a menudo, aunque los autores recuerdan
que no existe guía que decida por completo la bondad o maldad de una
expresión lingüística.
“Serían dos euros”: condicionales
fuera de lugar
Como una fórmula de cortesía que intenta atenuar la
dureza del presente de indicativo, muchas personas, especialmente si están
trabajando de cara al público, utilizan el condicional para proporcionar
información. Esta, generalmente, tiene que ver con el precio -“serían 20 euros”- o con una
posibilidad -“estaría aquí el viernes”-. Los autores recomiendan evitarlo
siempre que se pueda y utilizar, en su lugar, el presente de indicativo: “son
20 euros” o “estará aquí el viernes”.
Mayusculitis
Leer un documento legal o institucional es atravesar
un fárrago de mayúsculas que entorpecen la lectura y agrandan el ego de los
cargos designados. La máxima que el libro propone es “ante la duda,
minúscula”. En español, recuerdan los autores, tan solo se escriben con
mayúscula inicial los nombres propios, por mucho que al Rey, Juez o Director de turno les
fastidie. “Si al comenzar a escribir una palabra nos surge la duda entre
escribirla con mayúscula o con minúscula inicial, lo mejor será optar por la
minúscula, y así es muy probable que acertemos, ya que hay un 95% de
probabilidades a nuestro favor”, señala el volumen.
Deber y deber de
Es muy común que se utilicen indistintamente ambos
términos tanto para expresar obligación como posibilidad. Así, oímos frases
incorrectas como “deben ser las nueve de la noche” o “debes de estudiar más
para aprobar”. En realidad, deber + infinitivo significa obligación, y
deber de + infinitivo significa duda, posibilidad o conjetura. Se trata
de otra de esas confusiones causadas por la terrible hipercorrección.
Que exista el dequeísmo, es decir, utilizar la fórmula
“de que” cuando no se debe no quiere decir que todas las construcciones “de
que” sean incorrectas
Asequible y accesible
El libro se detiene en algunas de esas duplas de
palabras que nos generan confusión por su significado, como ocurre con
asequible y accesible, que suelen emplearse indistintamente o, es más, dando
preferencia al primer término. Antes de decir que alguien es asequible, señalan
los autores, debemos asegurarnos de ello, “pues a nadie le agrada que lo
califiquen de corrupto y fácil de comprar”. En la mayor parte de casos,
es preferible recurrir al cada día más olvidado “accesible”, que significa “de
fácil acceso o trato”.
Los límites del dequeísmo
Otro de esos casos en los que nuestro afán por hablar
bien nos lleva a la hipercorrección. Que exista el dequeísmo, es decir,
utilizar la fórmula 'de que' cuando no se debe (como en “pienso de
que...”) no quiere decir que todas las construcciones 'de que' sean
incorrectas. Es lo que ocurre con “estar seguro de”, “alegrarse de” o
“darse cuenta de”, que deben ir acompañadas obligatoriamente por la
preposición. Por lo tanto, oraciones como “estoy seguro que lo estás haciendo
bien” o “me alegro que vengas” son incorrectas.
No se puede realizar una tortilla, ni hacer un cheque,
ni, recurriendo a otros verbos, efectuar un favor
Y/o
Otro de esos lugares comunes de cierta jerga legal.
¿Cuántas veces hemos leído “se busca empleado que hable inglés y/o francés”?
Muchas más de las que lo necesitaríamos. Es una influencia del inglés,
donde de todas formas tampoco está recomendado su uso. Como recuerdan los
autores, “la connotación de la conjunción española 'o' es disyuntiva pero no
excluyente; es decir, refleja en muchos casos una alternativa u opción, pero no
necesariamente la exclusión de la otra”. Es decir, con una 'o' es más que
suficiente. Sobre todo teniendo en cuenta que, en caso de que la siguiente
palabra empezase por 'o' o por 'i' podríamos llegar a ver extrañas
fórmulas como “se necesitan optometristas e/o ingenieros”.
Inadvertido y desapercibido
Al igual que ocurría con asequible y accesible, el
término desapercibido ha ido comiéndole poco a poco el terreno a inadvertido.
Los autores recuerdan que desapercibido no debe emplearse para referirse a “no
advertido”, como suele hacerse comúnmente por influencia del francés; en
realidad, en la lengua culta 'desapercibido' es “la persona o cosa que no está
provista de lo necesario para algo”. Un buen uso de la palabra sería el de Hernán Cortés en sus 'Cartas de relación', cuando
escribe “como los tomaron desapercibidos, hirieron muchos de ellos”.
¿Cómo se escribe un título?
Una pregunta que todos, en un momento u otro de
nuestras vidas, nos hemos hecho. ¿Cómo se llama la película por la que
Leonardo DiCaprio se ha alzado con el Oscar, 'El Renacido' o 'El renacido'
(parece que hay poca diferencia, pero la hay)? La segunda opción es la
correcta, por mucho que el inglés, una vez más, nos despiste a tal respecto. La
regla señala que “en los títulos de obras, solo irán en inicial mayúscula la
primera palabra y los nombres propios de personas o lugares”. Así que
nada de 'Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada', que parece que
estamos subiendo el Tourmalet.
Realizar y hacer
¿Qué sería de nosotros sin estos dos verbos? Nos
sirven para todo. Para explicarle a mis compañeros que estoy haciendo un
artículo sobre lengua española, para contarle a mi familia que he realizado una
tortilla para comer, para confesar que he hecho hoy 20 kilómetros corriendo…
Pero no seamos vagos ni descuidados. En primer lugar, porque no son
verbos intercambiables. No se puede realizar una tortilla, ni hacer un cheque, ni,
recurriendo a otros verbos, “efectuar un favor”, que sería el caso opuesto (lo
correcto es “hacer un favor”). En segundo lugar, porque dicen muy poco de
nuestra riqueza de vocabulario.
Léxico para vagos
Relacionado con el punto anterior, se encuentran todos
esos términos que funcionan como 'apisonadora', es decir, “que por su
frecuencia de uso o por su incorrección 'aplastan' muchos sinónimos y
alternativas del mismo campo semántico, con el consiguiente empobrecimiento del
texto y la inconcreción de lo expuesto”. Es el caso de términos como
'elementos', 'problemas' o 'puntos', que se utilizan como si se
tratase de comodines, cuando en realidad hay otros sinónimos que afinan
más el significado en cada caso. Por ejemplo, “deficiencias, riesgos o
contratos” por “elementos”; “dificultades, necesidades, carencias o
limitaciones” por “problemas”; “secciones, propuestas o ideas” por “puntos”.
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