El actor Jack Lemmon en la película El Apartamento
parodia a un trabajador de los años 60: tiene un empleo aburrido que le
proporciona una remuneración justa; para mejorar su carrera se ve obligado a alquilar
su apartamento a sus jefes en sus citas amorosas. Los esquemas
empresariales rígidos dejan poco margen para plantear la felicidad en el
trabajo como un objetivo primordial y rentable.
Hace años la revista médica británica Lancet
publicaba un artículo titulado: El trabajo es malo para la salud, con
numerosas investigaciones sobre las enfermedades profesionales asociadas a
trabajos 'calientes', jefes tóxicos y clientes exigentes. El discurso en
torno al burnout, por muy justificado que esté, nos quita la visión
sobre un aspecto importante de la vida laboral: puede ser un gran recurso que
nos ayuda a desarrollarnos como personas, hace que nos sintamos satisfechos e
incluso protege de enfermedades mentales.
Las personas que trabajan y están centradas en
perseguir sus objetivos mejoran su salud y son más felices. En pocas palabras,
un buen trabajo puede dar estabilidad e incluso ayudar a soportar mejor
las tensiones en otros aspectos de la vida cotidiana. En una encuesta reciente
se comprobó que el salario es una prioridad para el 63% de las personas,
tener un empleo interesante y trabajar en un ambiente agradable es fundamental
para el 45% de los trabajadores.
LA GENTE FELIZ EN SU EMPLEO
Pertenecer al grupo de personas que disfrutan de su
trabajo no quiere decir ser un bicho raro: se levantan perezosos como
cualquiera por las mañanas. Sin embargo, no sufren una contradicción muy
habitual: como el trabajo es una obligación y el ocio una elección, se valora
el ocio de forma positiva y el trabajo como un trámite necesario,
sin tener en cuenta que muchas experiencias buenas se producen en las horas
laborales. Quien disfruta de su trabajo sabe que puede convertirlo también en
una experiencia óptima.
Antonio es conductor de autobuses en una gran ciudad.
Cuando habla con sus compañeros, éstos se lamentan del tráfico, de la monotonía
de las rutas y del tiempo que tardan algunos pasajeros en subir al autobús. Él
es un hombre simpático, le gusta dedicar una palabra amable o una
sonrisa a sus pasajeros. Sabe que algunos ni le miran pero otros agradecen el
detalle de encontrar a una persona con tan buen humor a pesar del atasco. Se
siente satisfecho porque su actividad le ayuda a poner en valor una de sus
mayores fortalezas personales: el altruismo.
La felicidad viene de dentro: tenemos el poder de
cambiar nuestras respuestas mentales y emocionales sobre el mundo que nos
rodea, esto nos devuelve una idea de mayor control y responsabilidad sobre
nuestro bienestar y la sensación de poder hacer algo para corregir lo que no
funciona. No podemos negar que la satisfacción también viene de fuera
cuando las circunstancias son favorables. Seligman elaboró una fórmula para
la felicidad duradera: la satisfacción personal es un proceso interactivo
que surge de la relación entre la mente y el mundo.
Para ser feliz es imprescindible tener la facultad de
cambiarse a sí mismo y de dirigir el propio futuro, pero también significa
sentirse capaz de cambiar el entorno y de hacer algo valioso para los demás. En
este sentido, el trabajo nos brinda una buena oportunidad para desarrollarnos
personal y socialmente. ¿Qué hacer para ser más feliz en el trabajo?
1. MEJORA TUS FORTALEZAS
Las capacidades que las personas poseen son su capital
psicológico positivo. Algunas cualidades ayudan especialmente a alcanzar la
satisfacción laboral: (1) La autoeficacia, creer en nuestras propias
capacidades. (2) La esperanza, sentir que tenemos un control personal
para conseguir las metas. (3) El optimismo, esperar que las cosas buenas
sucedan. (4) La resiliencia, la capacidad de recuperarse ante las
adversidades. (5) La vinculación, estar comprometidos con la tarea
plenamente.
El desafío: desarrolla una fortaleza diaria durante 10 minutos.
Al utilizar las propias fortalezas con mayor frecuencia se puede reorientar el
trabajo para conseguir mayor felicidad. Busca tus cinco principales fortalezas.
Puedes consultarlas gratuitamente en la web Authentic Happiness. Realiza el cuestionario VIA (o su
versión abreviada) para descubrir en qué eres bueno. Crea el hábito al acudir a
tu lugar de trabajo y preguntarte ¿qué fortaleza me gustaría usar hoy?
Utilízala durante 10 minutos. Date una pequeña recompensa cuando lo hayas hecho
o compártela con otras personas. Te encontrarás con más energía y más feliz.
2. FAVORECE LA COMUNICACIÓN
Las personas felices suelen mantener buenas relaciones
con sus compañeros. Sentir apoyo emocional en el lugar de trabajo ayuda a la
salud, fomenta el aprendizaje, favorece las emociones positivas, la creatividad
y la implicación. Es importante desarrollar la voz proactiva: utilizar
palabras motivadoras en nuestro diálogo interior y hacia los demás. Saber
valorar lo que sí funciona y mostrar nuestro punto de vista tiene efectos
positivos sobre el desarrollo del trabajo. Igualmente es importante la escucha
activa porque contribuye a crear lazos entre las personas.
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